lunes, 9 de mayo de 2011

Erasmus en Zaragoza Día 46

Bueno hoy dejando y no dejando de hablar de los autobuses me gustaría comentaros dos anécdotas que me han sucedido aquí en Zaragoza, recordándolas seguro que os echáis unas risas porque parecen surrealistas y de echo lo son a la par que cómicas. Os dejo pues con los relatos...

La Selva del Huerva
El río Huerva es un pequeño río que pasa por Zaragoza para desembocar en el Ebro. Yo tengo que seguirlo tras bajar de la parada de bus hasta llegar a un parque y cruzar un puente de madera que esta ligeramente inclinado.

El parque tiene unas cuantas terrazas y las mas bajas miran directamente al río separando el sendero de la ribera del río mediante una valla de madera y una ligera pendiente.
Las escaleras

La ribera del río según creía yo, llegaba desde mas atrás de el puente cercano a la parada hasta el puente que he de cruzar...

Por ello un día el bus no paro en la parada de bus normal así que tenia que cruzar el primer puente y seguir recto hasta el parque y el puente de madera. Decidí que ya estaba harto de ir por la acera y ver siempre los mismos comercios y portales, así que me adentre a la ribera, una vez cruzado el primer puente por unas escaleras que descienden hacia la misma.

Las escaleras estaban sucisimas y olían a meados (había uno para contemplar en directo que casi ocupaba un peldaño entero), baje con todo el cuidado del mundo y el vértigo que yo tengo hacia la ribera. Una vez abajo vi que había un suelo de tierra lisa y una mujer paseando por los ojos del puente, de modo que me adentre ribera arriba. La senda no se veía debido a la frondosa vegetación que tapaba el sol y solo dejaba ver el suelo, el muro de la derecha donde, encima suyo estaba la calle que siempre recorría y la orilla del rió.

Se lee: Aquí empieza el camino acondicionado
(sigue hacia el sur) y hacia arriba la senda sinuosa XD
El camino era angosto pero transitable, y a medida que iba avanzando, seguir hacia delante era mas difícil. Decidí quitarme la música del mp3 para no pegarme una hostia por el camino, estaba todo en silencio. El camino a veces había que bordearlo de puntillas pegado a la derecha, porque solo cabía un pie o había que saltar porque había un agujero en medio del camino que resbalaba hacia el río.

Por querer cambiar de habito me había metido en un buen berenjenal, el camino era complicado de cojones para transitar y tenia pinta de no ser pisado habitualmente( ¿por que lo sabia? fácil, porque el sendero estaba libre de cualquier basura, que lamentablemente es una huella de transito humano o pisadas). Yo que soy hombre de campo y monte no tuve apuros en ir brincando por los senderos pero cualquier persona sensata se hubiera dado media vuelta...

Aunque andaba silenciosamente, llevaba mi mochila con la fiambrera así que en medio de aquel silencio era yo el único que metía ruido. En este sendero vi el clásico pato que siempre va nadando por el rio o volando por el, a contradirección y ni siquiera se me miro. Después un pájaro cuyo nombre desconozco, con el plumaje negro y algo rosa en el pico se me quedo mirando como pasaba sin dejar de observar el agua, para mi sorpresa ni se movió cuando pase de largo, se me miraba como diciendo, "anda que majo que eres tu también por estos lares", pero el tío ni se movió...

El puente de madera...
Un poco mas adelante llegue hasta el fin del sendero que desembocaba en un camino aplanado y engravillado   para el transito humano, donde siempre, y esa vez no fue una excepción hay alguien paseando a un perro. Se ve que la senda que yo creía que recorría empezaba allí, al principio del parque y terminaba delante del puente, por lo tanto recorrerla es una perdida de tiempo y recorrer la que yo había recorrido una estupidez.

Ande lo poco que me quedaba y decidí no bajar mas por aquellas sendas, la ciudad para las aceras y el campo para hacer el cabra...

Autobús Gravitatorio
Esta anécdota es mas reciente (concretamente del Jueves pasado). En un viaje como todos en autobús, he de andar hasta el Paseo Calanda y coger el Bus hasta al lado del primer puente antes mencionado.

Últimamente y es algo de lo que me estoy dando cuanta cada vez mas, veo que el trafico en Zaragoza es un descontrol total. Los semáforos en ámbar no significan pasen con cuidado, si no valla a toda hostia que sale el rojo. No porque este el semáforo de peatones en verde y el de coches en blanco te vas a librar de que se te lleven por delante. Y por las calles pequeñas son por los únicos lugares que veras respetar los pasos de cebra y ceder el paso.

Pues a lo que iba, el trafico en Zaragoza es un follón tal que cruzar un paso de peatones es a veces sinónimo de jugarse la vida.

En estas que estoy en el autobus que iba lleno (aunque no muy lleno), de esos llenos que preceden la voz de "por favor muevanse a la parte de atras" y la velocidad iba aumentando, pero no a un nivel alarmante y de repente frena el autobus.

Claramente la fuerza de la gravedad hizo el resto y senti como si alguien me empujara hacia el suelo. En el suelo aterrice, sin sintomas del sindrome de matrix que acontece en las caidas epicas (cuando bajas a camara lenta) y encima mia una señora con su hija encima y yo encima a la vez de la pierna de una señora sentada.

Tras el susto, y ver que estabamos todos bien nos comencemos a levantar y a comprobar que nos teniamos en pie, sin antes advertir que mis dos zapatillas habian volado y la barra donde se agarra uno se habia desprendido de su parte de abajo. Casi sin tiempo para reponerse, el autobus arranca y una señora me deja el asiento para calzarme.

Estoy bien asi que me dirijo a lado de la puerta y me apoyo sentado en una barra. Compruebo mirando el bus que el susto a cundido.

Al parecer el autobús iba tan rápido que se salto un semáforo en rojo y para no comerse una moto freno. Pero esto es algo de lo que me entere preguntando a los pasajeros restantes.

Después de bajar en mi parada me paro en un banco me quito las zapatillas y veo que mi pie esta perfecto pero muy caliente... Puedo andar sin problemas así que me voy a las practicas tranquilamente.

No tuve mas sueño en toda la mañana con ese susto en el cuerpo...

1 comentario:

  1. ¡Me han encantado los relatos!

    El segundo me lo conocía más o menos por lo que nos contaste por Facebook pero aún así leerlo bien relatado mola más.

    La bronca de la que hablaba era la que tuve con mi compañero de andanzas no en el trabajo jeje.

    mmm Aquí la verdad que aunque verdaderamente no haya límites de velocidad por algunas carreteras, en la ciudad todos se controlan y son más prudentes xD

    Pero bueno, presupongo que habrá de todo como en todas partes.

    En fin, me ha gustado la idea de añadir imágenes dentro del relato si me permites puede que algún día haga lo mismo.

    Saludos

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