Y aquí estamos otra vez, sin horarios ni orden en un caos hacia la puta mierda desde algun sitio a la nada. La otra noche escribi como siempre varios textos. Hoy no tengo inspiración para escribir nada, pero tengo uno en archivo y lo escribire tal cual lo tengo, si no va a perder la gracia. La proxima vez, supongo, debere de hablar yo solo en vez de colgar un texto. La proxima vez tengo que escribir algo. Y punto.
El "todo" se ha fundido con la "nada" en un enfrentamiento cosmico mas digno de una pelicula de serie B.
Y tengo el dedo dormido, pero se que al final acabare tirando del gatillo.
A cualquier hijo de puta que ande suelto. Solo o en manada. Respetablemente vestido de decente y teniendo podridos los bolsillos de dinero.
Y a la mierda tu tambien si no me matas, si me convierto. Si me convierto en un hombre nuevo, que no tenga ni el corazon roto ni hueco.
Que me resisto a irme, como este invierno se resiste, en esta primavera sin revolución pero sin sangre. Con misiles que caen desde el cielo y botes de gases por el suelo.
Que me espanto para meterme en el baul de los recuerdos donde pocas cosas pueden enviarme.
Y a la mierda el verano si es tan lento como lo es a la hora de la siesta. Y a la mierda el verano si se va a convertir en otro otoño vacio.
Y así ando coleccionando gatillos y trozos de sueños o sueños hechos trozos. Hasta que el amanecer venga a acabar otra vez conmigo.
De nuevo, porque si, lo que dure y que vaya bonito.
Antes solía escribir y mucho. Siempre he sido de mucho leer. Y como ante todos las artes, el espectador, admirando su grandeza y la pequeñez de si mismo se pregunta: ¿Podrían estas toscas manos, podría esta mente medio hueca de belleza, podría este anima simple, algo de tal transcendencia?
¿Podría yo, mortal, dejar mi huella de tinta en unos centímetros de papel? Dejar mi alma guardada. Crear de la fría roca, la mas pura expresión de la belleza de la grandeza del hombre, superior incluso a la mano inexorable del tiempo o a la misma y tan horrible mano del propio hombre.
Y dejar aunque solo fuese en una persona, una semilla, un germen, para seguir vivo, aún después de la despiadada muerte.
¿Podría yo, mortal, llegar a tal proeza, tras años de fiel lectura y practica?
Yo que he intentado tanto tiempo seguir la senda. He sentido alivio y alegría ante las lineas. Creando, absorto, sublime, por encima de todas las cosas.
Pero esta pobre mía, tan pronto quita como concede con el capricho de las musas o el capricho del insomnio inmisericorde y lento. Me carcome la angustia de ser solo un contenedor hueco.
Mas yo os digo que no dudare en inventarlo. Mientras haya un resquicio lo suficientemente pequeño para poder ver la luz, mientras haya una sola semilla enterrada entre las ruinas del fracaso mas absoluto. Y si caigo en el camino y no puedo ya levantarme, que mis textos sean testigo de mis intentos.
Que deje tras de mi en ellos mi alma y en otro rincón, vació y hueco como una cascara mi cuerpo inerte y mis textos llenos de vida.
