Hemos estado bastante tiempo fuera de esto. Demasiado tiempo condenados a obligaciones que nos han impuesto. Demasiado tiempo, tanto que incluso nos hemos olvidado de nuestros propios sueños.
Bob Marley esta llorando en algún lugar de esos tejados, viendo como vuelan los pájaros. El solo ve en nosotros a unos pequeños chicos con demasiado miedo al futuro. Bob nos observa como eramos antes, por eso nos da vergüenza mirarle a los ojos.
A pesar de haber olvidado sus canciones, sabemos que entre ellas están nuestros viejos sueños, esperando, como perros abandonados en una perrera.
Si yo cantase, metería en mis canciones aquellos niños con aquellos sueños. Las canciones puedes repetirlas mil veces. Puedes estar mil veces colgando de la misma sensación, de la misma idea. Y la conoces tan bien que te anticipas a ella, conoces el presente, el pasado y el futuro de cada letra y allí es imposible no tener miedo ni duda, es como estar definitivamente en casa siendo el amo del mundo.
Pero yo no canto y los niños eso lo saben. También deje de hacer demasiadas cosas y de luchar por muchas cosas. Ahora Bob esta llorando sobre el tejado y nuestros sueños son como las palomas surcando un cielo que no vamos a volver a ver, mientras los niños de Bob no vuelven.
sábado, 12 de febrero de 2011
Los Niños de Bob Marley
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jueves, 10 de febrero de 2011
CAPITULO 3: ANTES DE QUE LA SANGRE SEA DERRAMADA
aulo se acomodaba en el trono de Tasde intranquilo, las malas noticias se sucedían una tras otra burlándose de el y de su organización. Tasde y casi todo Viento Oculto habían caído en sus manos, pero faltaba algo... Aun habiendo consagrado todo ese territorio al pecado y a su ambicioso poder, existía una resistencia poderosa que le estaba haciendo frente y que se burlaba en su cara, a pesar de ser una fuerza pequeña y diseminada.
Ningún obstáculo podía interponerse en su camino, había asesinado a mucha gente y seguiría haciéndolo, Vizh debía de caer en sus manos. Pero ahora mismo estaba luchando contra un simple trozo de papel.
El papel era una carta que había aparecido en los cadáveres de un par de soldados orcos que hacían guardia por los suburbios de Tasde, al parecer sufrieron una emboscada, fueron asesinados por la espalda y sus cabezas fueron mutiladas. La noticia fue silenciada junto a la existencia de la carta, pero sabia que se propagaban rumores sobre aquel hecho y se habían sucedido replicas por muchas partes de su geografía.
Una organización o mas bien una persona había reivindicado esos atentados. Saulo conocía a esa persona y de hecho había luchado a su lado en el comienzo de la guerra civil. Así que leyó otra vez las ultimas palabras de aquella nota imaginando que la voz de quien la había escrito resonaba en su cabeza:
" Y así fue como a nuestro pesar Viento Oculto dejo de ser libre. Los Dirastar nos traicionaron y los ciudadanos de este país siguieron siendo esclavos, pero de distinto dueño. Una vez de sus gobernantes y otra de sus pecados. Pero yo al igual que la libertad no moriré nunca. Juro que derrotare, porque como la libertad estoy en todas las partes y soy invencible.
Cara Rajada. "
A Marco Braco le costaba conciliar el sueño. Aunque estaba convencido de que últimamente su vida se asemejaba a una pesadilla. Había perdido todo, sus tierras, su familia, su país y su fuerza. Apenas le quedaba la suficiente fuerza para estar en pie comer y dormir. Tras las torturas en Puerta Umbría su cuerpo no era el mismo y su cojera había aumentado.
Aun así reunía fuerzas de flaqueza e intentaba con desesperación organizar la resistencia desde las montañas del sur. El país había caído pero ellos eran la esperanza. Eran pocos pero su sed de venganza era mayor. Tras la masacre del Festival de la Cosecha, Marco Braco fue rescatado por los supervivientes de la guardia de los Escudos Vigilantes y un grupo de civiles que huían despavoridos del lugar.
Habían pasado unos meses y habían conseguido realizar algunas escaramuzas a mercenarios o civiles convertidos a la secta de los Dirastar, habían conseguido reunir unas cuantas armas y unos cuantos víveres pero poca cosa mas... El suyo no era un ejercito, los Escudos Vigilantes antes temibles guardianes ahora eran un puñado de hombres acorralados y sin fe. Al menos todos los miembros de esta nueva guerrilla colaboraban, los civiles construyendo y manteniendo a los militares, los jóvenes instruyéndose para las batallas y los viejos adoctrinando a los militares...
Aun así no había manera de ganar una guerra con tan poca gente. Ellos sabían que estaban solos, no había mas resistencia que ellos mismos y los demás países hacían oídos sordos ha las llamadas de socorro por parte de algunos desesperados hombres que habían cruzado las fronteras, quien sabe si con éxito o no, a pedir auxilio al resto de naciones, tanto enemigas como amigas.
Y allí estaba Marco contemplando el amanecer desde aquellas montañas pensado que ya casi todo estaba perdido. Pero su cabeza se resignaba a rendirse, el había sido un gran aventurero en su época y conocía el miedo de cerca. Era peor morir huyendo que luchando y lo sabia muy bien.
Y en estos pensamientos se hallaba inmerso Marco cuando unos Escudos Vigilantes requirieron su presencia en una gruta que se encontraba en lo mas bajo de aquel complejo laberinto de cuevas esculpidas en la escarpada montaña.
Al parecer un elfo cobrizo había sido detenido cuando pretendía colarse en el campamento. No paraba de decir educadamente que deseaba ver a Marco Braco y que era de vital importancia.
Por fin tras la larga espera, Aindar Lainame había establecido contacto con la oculta resistencia Vintari liderada por Marco Braco. Intento infiltrarse en el campamento para evaluar la situación de la guerrilla antes de hablar con el propio Marco Braco pero había fallado y eso complicaría las cosas un pelin a la hora de poder hablar con el líder.
Aindar había viajado infiltrándose por las lineas enemigas desde el norte de Viento Oculto, cruzando todo el país para llevar un mensaje. Aindar era un orgulloso Heraldo de las tribus elficas y como elfo cobrizo sabia manejarse bien en la espesura de los bosques. El viaje había sido arduo pero por fin estaba aquí.
La primera vez que vio a Marco Braco se sintió profundamente decepcionado. UN hombre que cojeaba y que estaba vendado por casi todos los rincones del cuerpo salio a recibirle acompañado de un puñado de escoltas, presumiblemente miembros de los Escudos Vigilantes. La cara de aquel hombre estaba pálida y carecía de vida, sus ojos situados encima de unas preocupantes ojeras eran parte de una mirada perdida y cansada, en parte por el poco descanso.
Aindar sabia que debía de presentarse decidido y cortes como un honorable Heraldo Elfico.
– Mi nombre es Aindar Lainame, Hearldo de las tribus elficas de Viento oculto. He viajado a lo largo de todo el país en medio de batallas y peligros para poder presentar ante Marco Braco, líder de la resistencia un mensaje de parte de los Elfos Cobrizos. Y no me iré de aquí sin una respuesta clara por su parte. Si resulto herido o muerto, las tribus elficas se cernirán sobre mis asesinos.
– Hacia mucho que no tenia noticias de tu tribu señor Aindar, por lo menos desde que traicionaron al pueblo de Puerta Umbría y lo arrasaron. No queremos cuentas con los de tu raza tarde o temprano pagareis por lo que hicisteis a mi pueblo. – Contesto Marco Braco con una voz autoritaria.
– ¿Así es como pretendéis ganar una guerra Marco? ¿Desenterrando viejos odios en vez de firmando nuevas alianzas? ¿Crees que tu solo vencerás a todos esos corruptos Vantar? Si es así sueltame, yo partiré hacia mis tierras y tu y los tuyos seguiréis vuestro destino que es caer tarde o temprano ante el nuevo Imperio Dirastar. Los elfos tampoco perdonamos las ofensas, ni perdonamos cuando tendemos una mano y solo recibimos desprecio.
– Esta bien, esta bien. Guardias preparad una habitación para que el elfo y yo podamos hablar apaciblemente. Oiré tu mensaje, pero no seré indulgente. A mi raza también le queda, al menos aun, un poco de orgullo.
Catulo Aurelio Comandante de la sección V de las Lanzas Doradas de Aldar dormitaba en su tienda divagando mientras ya era casi media noche. Había viajado desde Aquileya, la capital de Aldar hasta las fronteras de Viento Oculto. La Guerra Civil de Viento Oculto se convirtió casi desde que se extendió por aquel país, un asunto de estado en Aldar.
Los Heldanar habían organizado una invasión al país de Daifa con la intención de borrar aquella nación del mapa y hacer lo propio con Viento Oculto. Nadie en todo Aldar sabia las causas de aquella repentina furia Heldanar y en la corte, Lucio de la Torre, un noble de la corte realizo una campaña a favor de olvidar de momento el tema de los Heldanar y centrarse en otro mas preocupante y cercano, Los Dirastar.
A Catulo no le caía bien Lucio, el sabia que solo era un noble ambicioso, pero en ese asunto tenia razón. Y en Aldar se discutió largo rato sobre que hacer con esos dos asuntos, aunque se tenia una certeza. El mismo había pedido expresamente encargarse de la misión que fuese en tierras de Viento Oculto. El era un veterano y era conocido en Aldar por su disciplina. Así que el consejo no dudo en asignarle la futura misión a el y a su sección de las Lanzas Doradas de Aldar.
Finalmente a la capital llego una misiva de Fúlvio Druso Ninfure que describía la situación en el norte. No aportaba nada nuevo sobre la situación de los Heldanar, pero si lo hacia sobre Viento Oculto y su resistencia. Al parecer necesitaban ayuda desesperadamente, así que Aldar no se lo pensó dos veces en enviarle a el y a sus hombres a aquella misión de socorro. No podían temer nada de lo que les esperara en el Norte, ellos eran los mejores entre los mejores en Aldar.
Pero a lo que si temía Catulo es a lo que dejaba tras de si, un Aldar en disputa sobre los asuntos del Norte, donde Lucio de la Torre conspiraba e intrigaba a sus anchas. Donde el destino de no solo una nación estaba en juego en manos de unos nobles que perdían su tiempo en pensar y no en actuar.
Catulo intento volver a dormir, aun no sabia como demonios iba a encontrar a aquella gente, que andaba oculta por las montañas del sur de Viento Oculto, lejos de los ojos del enemigo.
Rió mientras cerraba los ojos, había salido de situaciones peores que esta...
– A... E... L.. V...O...-- Tartamudo Marco Braco.
– AELVO, Alianza Elfica Libre de Viento Oculto. Se que parece un nombre raro, pero creame es mejor que lo pronunciemos en la lengua común, en elfico es casi impronunciable para usted. Todas las tribus de Viento Oculto se han reunido en una alianza. Puedo ahorrarme el origen del asunto porque bien sabrá, que todo empezó en aquella masacre del Día de la Cosecha... Un joven elfo encontró por las tierras de Puerta Umbría una vieja reliquia, una tablilla de una tribu elfica perdida ya en el tiempo, los Kernos-eu. Los elfos ahora nos reunimos todos para unir fuerzas teniendo aquella vieja tribu como un símbolo. Conseguimos nuestras tierras en Puerta Umbría, tierras que fueron robadas por el ladrón de Blasco de Tena. Pero después llegaron esos asquerosos magos corruptos y arrasaron con todo, arruinando todo nuestro esfuerzo...
– Se que capturasteis a Blasco de Tena, espero por vuestro bien y el de nuestra futura negociación que no fuerais capaz de asesinar a un noble...
– Jajaja. Tranquilo General, cuando no nos sirvió de nada soltemos a aquel pobre diablo por el bosque. Quien sabe si sobrevivió o no, pero nosotros no le matemos. No somos tan crueles como usted piensa, luchamos por lo que es nuestro. Y ahora si me disculpa le tendré que comentar una cosa. Por el bien su país aunque para nosotros los elfos no exista, es mejor que olvide sus antiguos miedos y rencores y se una a nuestra causa. Quizás tenga que darnos algunas tierras, pero la paz prosperara y su país sera de nuevo libre al igual que nosotros. Nuestro acuerdo es beneficioso para las dos partes. No hace falta que le repita que no me iré de aquí sin una respuesta o de colaboración o de no colaboración con la Alianza.
– Es un asunto delicado y debo meditar sobre ello. Te entretendré por aquí unos días.
De pronto un guardia interrumpió la conversación y solicito hablar con Marco Braco.
– Mi General, hemos recibido noticias del país. Al parecer hay varias resistencias activas en el país de civiles exiliados por el nuevo régimen de los Dirastar. Pero entre todas ellas la mas activa es una liderada por un tal Cara Cortada, un delincuente que se ha ganado la simpatía del pueblo a fuerza de atentados y burlas hacia los Dirastar. Corren rumores de que el propio Saulo ha pedido su cabeza en bandeja de plata.
Con su permiso mi general creo que seria muy productivo si estableciéramos contacto con esa gente.
– No sera necesario. – Replico el elfo. – Cara Cortada forma parte de la Alianza y recibe todo nuestro apoyo.
– Así que sugieres elfo, que me alié con vosotros que arrasasteis en el Festival de la Cosecha y con la banda de ladrones que ayudo a aquellos Vantar corruptos a sembrar el caos, que me torturo y que fue una de las causas de la caída de Viento Oculto...
– General Marco Braco, he oído muchas cosas acerca de Cara Cortada y le conozco personalmente, el como nosotros lucha por lo que es justo y lucho en su tiempo. Las cosas salieron mal y fueron los Dirastar los que se beneficiaron de ello. Lo que debemos hacer ahora es reunir fuerzas y expulsar a esos intrusos de estas tierras. Le deberá sonar el refrán el enemigo de mi enemigo es mi amigo... Pues bien el enemigo de su enemigo esta delante suyo, puede elegir luchar a su lado o luchar solo. No tengo nada mas que decir. Esperare paciente su respuesta y me iré dentro de un día. Si no ha contestado entonces daré su respuesta como negativa. Que pase una buena noche.
Pero antes de que el elfo se retirara el mismo guardia de antes interrumpió la conversación ya acabada.
– Disculpen si interrumpo algo importante. Traigo buenas noticias y muy recientes.
– Descuida nuestra conversación ya acabo, ahora mismo el elfo se iba... Digame cuales son las buenas nuevas.
– Una de nuestras expediciones de rastreo por la frontera a encontrado a una sección de las Lanzas Doradas de Aldar dirigiéndose para aquí. Ellos no saben donde estamos ocultos y no hemos querido hablar con ellos hasta que lo supierais vos primeramente. ¿Que se debe hacer con el asunto?
– Encontradlos y giarlos hasta aquí. Me alegro de que Aldar venga en nuestra ayuda... Elfo, mi decisión ha de ser prorrogada un día mas, pero te prometo que tendrás tu respuesta antes de tu partida.
El bosque nos mira con mil ojos desde cada rincón, desde cada copa de cada árbol, desde cada rayo de luz que se cuela entre la vegetación e ilumina un poco este oscuro sendero. Viajamos desde hace semanas hacia Viento Oculto, lejos de nuestra helada patria y con la bendición de la Dama de la Escarcha.
Se que alrededor de Vizh son famosas las incursiones Heldanar. Que cuando una incursión de los nuestros parte de sus tierras deja un rastro de destrucción, fuego, sangre y caos. Y es cierto, pero esta vez no es asi. La humedad de los bosques de Daifa nos impide quemar cualquier cosa demasiado tiempo. La gente suele huir y es imposible volver a encontrarlos.
Pero nuestro objetivo no es Daifa, sino entrar por sorpresa desde Daifa a Viento Oculto. Tenemos la suerte de que las tribus salvajes de estas tierras están en guerra y se preocupan poco por nuestra presencia. Consienten nuestros ataques y huyen de nosotros sabiendo que tienen peores cosas por las que preocuparse.
Mi nombre es Cruak´n´chan O´Morrey y mi profesión es ser un Skald. Soy un poeta guerrero del norte. Mi oficio y mi beneficio es la batalla. En ella encuentro la inspiración y el sentido de mi vida. Después en paz medito y escribo si las musas de la batalla me han sido propicias. A nuestra expedición le espera en Viento Oculto la venganza y a mi en la vuelta a casa la Gloria. Porque una vez todo haya acabado habré terminado de escribir esta epopeya y seré famoso entre los famosos. Inmortal entre los inmortales echo de la misma gloria que propagara mi historia generación en generación.
Hace poco embosquemos un poblado Drenai, pero huyeron casi todos sus habitantes y dejaron tras de si una aburrida batalla. Los berserkesrs siguen peleándose contra enemigos imaginarios, que en realidad son arboles de esta espesa selva. Y así seguirán hasta que pase el efecto de sus drogas. Los guerreros dormitan y algunos registran las tiendas en las cuales no hay nada de valor excepto plantas y carnes que no sabemos si son comestibles.
Todo el mundo esta intranquilo, no sabemos si llegaremos a la frontera. El bosque nos vigila y nuestros enemigos son fantasmas que se pierden a nuestra vista. Nadie sabe si volverán o dejaran pasar nuestra furia. Sea como sea lo arrasaremos todo y la Dama de la Escarcha nos concederá la venganza.
Saulo se retorcía nuevamente en el trono maquinando nuevos y retorcidos planes. Últimamente las cosas se estaban torciendo demasiado y ya era hora de que actuara pronto.
A los pies del trono cinco Nazaris esperaban sus ordenes. Se mostraban ante el gran líder en su forma original como signo de respeto y sumisión ante su nuevo señor. Todos ellos vestían la misma túnica negra con capucha y todas ellas estaban igual de gastadas y raídas. Todo el mundo en esa sala esperaba con impaciencia las palabras de Saulo.
– Bienvenidos a Tasde. Os he mandado llamar para encomendaros una delicada misión. Una misión tan importante que solo podría recabar en vuestras manos. Cada uno de vosotros partirá en solitario hacia las fronteras del país. Vuestra misión es averiguar el paradero de todas y cada una de las resistencias que se diseminan por esas fronteras. Quiero que os infiltréis en ellas y corropais a sus lideres, quiero que traigáis aquí toda la información que podáis.
Si lo lográis seréis recompensados con abundancia y riquezas hasta que vuestra codicia se calme.
Habéis sido entrenados por mis mejores hombres y espero de vosotros grandes cosas.
Se que no tenéis costumbre de hablar así que simplemente acompañadme hacia el balcón. La muchedumbre me espera y esta armando demasiado jaleo.
Saulo salio hacia el balcón del palacio de Tasde escoltado por los cinco nazairs que ya habían camuflado sus rostros. A los pies del balcón se encontraba un ejercito inmenso formado por gente de multitud de razas y lugares. Tantos como la codicia podría haber comprado.
Habían entre las filas del ejercito poderosos Vantar corruptos de la secta de los Dirastar, veteranos mercenarios orcos y sus compañías, veteranos también de Lancare con ansias de riqueza y sangre, civiles conversos al nuevo régimen, militares de la zona también conversos y por ultimo los devotos, un grupo de fanáticos recién convertidos a la causa que darían su vida por ella.
Todo estaba dispuesto, la resistencia seria borrada de la faz de Vizh de un solo y poderoso golpe.
El ejercito aclamaba y Saulo empezó a hablarles.
– LA ERA DEL PECADO HA LLEGADO, JUNTOS DOMINAREMOS TODOS LOS RINCONES DE ESTE PAIS Y NOS ESTENDEREMOS POR VIZH COMO UNA PLAGA. ELLOS SON DEBILES Y NOSOTROS FIRMES Y CAERAN.
Tras sus palabras, el moralizado ejercito aclamaba a Saulo, todo el mundo tenia ganas de abandonar Tasde y empezar la ultima batalla de esta inacabable guerra. La resistencia tenia los días contados.
En el sur de Viento Oculto el ambiente era radicalmente distinto. Todo el ejercito estaba también reunido ante su general, pero no delante de un palacio, sino alrededor de unas tablas instaladas en medio del bosque. Era la forma que tenia la resistencia de recibir a sus nuevos invitados. Todos reían y cantaban e intentaban olvidar que dentro de unos meses su situación seria radicalmente distinta.
Incluso los inflexibles soldados de las Lanzas Doradas de Aldar se habían relajado en aquel ambiente.
De repente Marco Braco se levanto con esfuerzo del asiento y alzo su copa con la mano pidiendo la palabra. Todo el mundo cayo para oír al General que nuevamente había recuperado la forma y el color de antes de la masacre.
– Quiero dar primeramente la bienvenida a los valerosos soldados de Aldar que han venido en nuestra ayuda y en la de todo el país de Viento Oculto. Quiero que sepáis que Viento Oculto siempre estará en deuda con las Lanzas Doradas.
Y además de todo eso quiero contaros una vieja historia. Una historia que oí hace muchos años en palabras de un viejo chamán Drendari en mi juventud, cuando mi cuerpo estaba completamente sano y yo era un joven tarambana sediento de aventuras. – Dijo con nostalgia mirándose la pierna– Esta historia habla de las cosas que ahora mas que nunca necesita nuestra Resistencia.
La historia dice así:
“ Una vez en las selvas de Daifa había un bravo guerrero que perseguía una inmensa araña gigante que atemorizaba desde su hondonada a un asentamiento Drendari.
Tras días de búsqueda dio con ella y lucho.
Pero la araña era mas fuerte y se divertía acorralándole e hiriéndole una y otra vez.
A lo que el guerrero siempre respondía con aplomo.
– Monstruosa araña por mucho que me hieras vas a caer derrotada aun poseo mi valor, mi fe y mi esperanza.
Al caer la tarde la araña cansada ya de aquel inútil juego decidió rematar a su presa que no hacia mas que repetir aquella sarta de palabras para ella sin sentido.
Y por ultima vez el guerrero dijo : Aun poseo mi valor, mi fe y mi esperanza. Su agijon fue a clavarse en el pecho de aquel indefenso guerrero.
Pero fue entonces cuando una lluvia de flechas salieron disparadas de un lugar del bosque he hirieron al animal que huyo malherido hasta su guarida, donde se dedico prácticamente a esperar la muerte.
Hasta allí llego el guerrero a punto de rematar a aquel monstruo que le miraba con tristes ojos.
Y por ultima vez el guerrero dijo:
– Araña de verdad estabas perdida antes de que yo llegase, por que a diferencia de mi tu careces de valor, de fe y de esperanza. Pero preocupate porque morirás sin haber conocido su significado. Y dicho esto remato a aquel monstruo.”
Tras los aplausos de todos los comensales Marco Braco hizo una solemne pausa en su discurso cargado de fuerza y calor reconfortante para sus hombres. Y cuando el largo aplauso ceso, el General siguió con su discurso.
– Nosotros al igual que el soldado estábamos perdidos ante nuestro enemigo, pero a diferencia de el tenemos valor, fe y esperanza. Tres cosas que hace unos días creía perdidas pero ahora tras los últimos acontecimientos las siento correr en mi sangre.
Así que prometo guiaros hace una victoria segura ante aquellos que cegados por el pecado perdieron su alma. Nosotros seremos mas fueres y nuestros golpes harán mas daño.
Juntos liberaremos Viento Oculto y haremos sentirse orgullosos a nuestros hijos y a los hijos de sus hijos y al resto de las generaciones venideras.
Tras esto otra vez los comensales estallaron en vítores y aplausos, estaban contemplando un discurso histórico digno de como paso a la historia el Incansable General Marco Braco. Pero Braco no había dicho todo lo que tenia que decir.
– Y por ultimo antes de que todos continuemos este alegre festín me gustaría anunciaros que el Heraldo Elfico ha abandonado el campamento esta mañana. Se que todos estáis pendientes de mi decisión así que os la comunicare de inmediato...
Al oír estas ultimas palabras la multitud vitoreo y aplaudió por ultima vez antes de empezar a comer.
Y así entre los vítores de La Resistencia al General Marco Braco y el aclamamiento del ejercito de Saulo al propio Saulo, aquí concluye este ultimo capitulo de lo que aconteció en la antigua guerra de Viento Oculto, justo antes de que la sangre fuera derramada...
Ningún obstáculo podía interponerse en su camino, había asesinado a mucha gente y seguiría haciéndolo, Vizh debía de caer en sus manos. Pero ahora mismo estaba luchando contra un simple trozo de papel.
El papel era una carta que había aparecido en los cadáveres de un par de soldados orcos que hacían guardia por los suburbios de Tasde, al parecer sufrieron una emboscada, fueron asesinados por la espalda y sus cabezas fueron mutiladas. La noticia fue silenciada junto a la existencia de la carta, pero sabia que se propagaban rumores sobre aquel hecho y se habían sucedido replicas por muchas partes de su geografía.
Una organización o mas bien una persona había reivindicado esos atentados. Saulo conocía a esa persona y de hecho había luchado a su lado en el comienzo de la guerra civil. Así que leyó otra vez las ultimas palabras de aquella nota imaginando que la voz de quien la había escrito resonaba en su cabeza:
" Y así fue como a nuestro pesar Viento Oculto dejo de ser libre. Los Dirastar nos traicionaron y los ciudadanos de este país siguieron siendo esclavos, pero de distinto dueño. Una vez de sus gobernantes y otra de sus pecados. Pero yo al igual que la libertad no moriré nunca. Juro que derrotare, porque como la libertad estoy en todas las partes y soy invencible.
Cara Rajada. "
…
A Marco Braco le costaba conciliar el sueño. Aunque estaba convencido de que últimamente su vida se asemejaba a una pesadilla. Había perdido todo, sus tierras, su familia, su país y su fuerza. Apenas le quedaba la suficiente fuerza para estar en pie comer y dormir. Tras las torturas en Puerta Umbría su cuerpo no era el mismo y su cojera había aumentado.
Aun así reunía fuerzas de flaqueza e intentaba con desesperación organizar la resistencia desde las montañas del sur. El país había caído pero ellos eran la esperanza. Eran pocos pero su sed de venganza era mayor. Tras la masacre del Festival de la Cosecha, Marco Braco fue rescatado por los supervivientes de la guardia de los Escudos Vigilantes y un grupo de civiles que huían despavoridos del lugar.
Habían pasado unos meses y habían conseguido realizar algunas escaramuzas a mercenarios o civiles convertidos a la secta de los Dirastar, habían conseguido reunir unas cuantas armas y unos cuantos víveres pero poca cosa mas... El suyo no era un ejercito, los Escudos Vigilantes antes temibles guardianes ahora eran un puñado de hombres acorralados y sin fe. Al menos todos los miembros de esta nueva guerrilla colaboraban, los civiles construyendo y manteniendo a los militares, los jóvenes instruyéndose para las batallas y los viejos adoctrinando a los militares...
Aun así no había manera de ganar una guerra con tan poca gente. Ellos sabían que estaban solos, no había mas resistencia que ellos mismos y los demás países hacían oídos sordos ha las llamadas de socorro por parte de algunos desesperados hombres que habían cruzado las fronteras, quien sabe si con éxito o no, a pedir auxilio al resto de naciones, tanto enemigas como amigas.
Y allí estaba Marco contemplando el amanecer desde aquellas montañas pensado que ya casi todo estaba perdido. Pero su cabeza se resignaba a rendirse, el había sido un gran aventurero en su época y conocía el miedo de cerca. Era peor morir huyendo que luchando y lo sabia muy bien.
Y en estos pensamientos se hallaba inmerso Marco cuando unos Escudos Vigilantes requirieron su presencia en una gruta que se encontraba en lo mas bajo de aquel complejo laberinto de cuevas esculpidas en la escarpada montaña.
Al parecer un elfo cobrizo había sido detenido cuando pretendía colarse en el campamento. No paraba de decir educadamente que deseaba ver a Marco Braco y que era de vital importancia.
…
Por fin tras la larga espera, Aindar Lainame había establecido contacto con la oculta resistencia Vintari liderada por Marco Braco. Intento infiltrarse en el campamento para evaluar la situación de la guerrilla antes de hablar con el propio Marco Braco pero había fallado y eso complicaría las cosas un pelin a la hora de poder hablar con el líder.
Aindar había viajado infiltrándose por las lineas enemigas desde el norte de Viento Oculto, cruzando todo el país para llevar un mensaje. Aindar era un orgulloso Heraldo de las tribus elficas y como elfo cobrizo sabia manejarse bien en la espesura de los bosques. El viaje había sido arduo pero por fin estaba aquí.
La primera vez que vio a Marco Braco se sintió profundamente decepcionado. UN hombre que cojeaba y que estaba vendado por casi todos los rincones del cuerpo salio a recibirle acompañado de un puñado de escoltas, presumiblemente miembros de los Escudos Vigilantes. La cara de aquel hombre estaba pálida y carecía de vida, sus ojos situados encima de unas preocupantes ojeras eran parte de una mirada perdida y cansada, en parte por el poco descanso.
Aindar sabia que debía de presentarse decidido y cortes como un honorable Heraldo Elfico.
– Mi nombre es Aindar Lainame, Hearldo de las tribus elficas de Viento oculto. He viajado a lo largo de todo el país en medio de batallas y peligros para poder presentar ante Marco Braco, líder de la resistencia un mensaje de parte de los Elfos Cobrizos. Y no me iré de aquí sin una respuesta clara por su parte. Si resulto herido o muerto, las tribus elficas se cernirán sobre mis asesinos.
– Hacia mucho que no tenia noticias de tu tribu señor Aindar, por lo menos desde que traicionaron al pueblo de Puerta Umbría y lo arrasaron. No queremos cuentas con los de tu raza tarde o temprano pagareis por lo que hicisteis a mi pueblo. – Contesto Marco Braco con una voz autoritaria.
– ¿Así es como pretendéis ganar una guerra Marco? ¿Desenterrando viejos odios en vez de firmando nuevas alianzas? ¿Crees que tu solo vencerás a todos esos corruptos Vantar? Si es así sueltame, yo partiré hacia mis tierras y tu y los tuyos seguiréis vuestro destino que es caer tarde o temprano ante el nuevo Imperio Dirastar. Los elfos tampoco perdonamos las ofensas, ni perdonamos cuando tendemos una mano y solo recibimos desprecio.
– Esta bien, esta bien. Guardias preparad una habitación para que el elfo y yo podamos hablar apaciblemente. Oiré tu mensaje, pero no seré indulgente. A mi raza también le queda, al menos aun, un poco de orgullo.
…
Los Heldanar habían organizado una invasión al país de Daifa con la intención de borrar aquella nación del mapa y hacer lo propio con Viento Oculto. Nadie en todo Aldar sabia las causas de aquella repentina furia Heldanar y en la corte, Lucio de la Torre, un noble de la corte realizo una campaña a favor de olvidar de momento el tema de los Heldanar y centrarse en otro mas preocupante y cercano, Los Dirastar.
A Catulo no le caía bien Lucio, el sabia que solo era un noble ambicioso, pero en ese asunto tenia razón. Y en Aldar se discutió largo rato sobre que hacer con esos dos asuntos, aunque se tenia una certeza. El mismo había pedido expresamente encargarse de la misión que fuese en tierras de Viento Oculto. El era un veterano y era conocido en Aldar por su disciplina. Así que el consejo no dudo en asignarle la futura misión a el y a su sección de las Lanzas Doradas de Aldar.
Finalmente a la capital llego una misiva de Fúlvio Druso Ninfure que describía la situación en el norte. No aportaba nada nuevo sobre la situación de los Heldanar, pero si lo hacia sobre Viento Oculto y su resistencia. Al parecer necesitaban ayuda desesperadamente, así que Aldar no se lo pensó dos veces en enviarle a el y a sus hombres a aquella misión de socorro. No podían temer nada de lo que les esperara en el Norte, ellos eran los mejores entre los mejores en Aldar.
Pero a lo que si temía Catulo es a lo que dejaba tras de si, un Aldar en disputa sobre los asuntos del Norte, donde Lucio de la Torre conspiraba e intrigaba a sus anchas. Donde el destino de no solo una nación estaba en juego en manos de unos nobles que perdían su tiempo en pensar y no en actuar.
Catulo intento volver a dormir, aun no sabia como demonios iba a encontrar a aquella gente, que andaba oculta por las montañas del sur de Viento Oculto, lejos de los ojos del enemigo.
Rió mientras cerraba los ojos, había salido de situaciones peores que esta...
…
– A... E... L.. V...O...-- Tartamudo Marco Braco.
– AELVO, Alianza Elfica Libre de Viento Oculto. Se que parece un nombre raro, pero creame es mejor que lo pronunciemos en la lengua común, en elfico es casi impronunciable para usted. Todas las tribus de Viento Oculto se han reunido en una alianza. Puedo ahorrarme el origen del asunto porque bien sabrá, que todo empezó en aquella masacre del Día de la Cosecha... Un joven elfo encontró por las tierras de Puerta Umbría una vieja reliquia, una tablilla de una tribu elfica perdida ya en el tiempo, los Kernos-eu. Los elfos ahora nos reunimos todos para unir fuerzas teniendo aquella vieja tribu como un símbolo. Conseguimos nuestras tierras en Puerta Umbría, tierras que fueron robadas por el ladrón de Blasco de Tena. Pero después llegaron esos asquerosos magos corruptos y arrasaron con todo, arruinando todo nuestro esfuerzo...
– Se que capturasteis a Blasco de Tena, espero por vuestro bien y el de nuestra futura negociación que no fuerais capaz de asesinar a un noble...
– Jajaja. Tranquilo General, cuando no nos sirvió de nada soltemos a aquel pobre diablo por el bosque. Quien sabe si sobrevivió o no, pero nosotros no le matemos. No somos tan crueles como usted piensa, luchamos por lo que es nuestro. Y ahora si me disculpa le tendré que comentar una cosa. Por el bien su país aunque para nosotros los elfos no exista, es mejor que olvide sus antiguos miedos y rencores y se una a nuestra causa. Quizás tenga que darnos algunas tierras, pero la paz prosperara y su país sera de nuevo libre al igual que nosotros. Nuestro acuerdo es beneficioso para las dos partes. No hace falta que le repita que no me iré de aquí sin una respuesta o de colaboración o de no colaboración con la Alianza.
– Es un asunto delicado y debo meditar sobre ello. Te entretendré por aquí unos días.
De pronto un guardia interrumpió la conversación y solicito hablar con Marco Braco.
– Mi General, hemos recibido noticias del país. Al parecer hay varias resistencias activas en el país de civiles exiliados por el nuevo régimen de los Dirastar. Pero entre todas ellas la mas activa es una liderada por un tal Cara Cortada, un delincuente que se ha ganado la simpatía del pueblo a fuerza de atentados y burlas hacia los Dirastar. Corren rumores de que el propio Saulo ha pedido su cabeza en bandeja de plata.
Con su permiso mi general creo que seria muy productivo si estableciéramos contacto con esa gente.
– No sera necesario. – Replico el elfo. – Cara Cortada forma parte de la Alianza y recibe todo nuestro apoyo.
– Así que sugieres elfo, que me alié con vosotros que arrasasteis en el Festival de la Cosecha y con la banda de ladrones que ayudo a aquellos Vantar corruptos a sembrar el caos, que me torturo y que fue una de las causas de la caída de Viento Oculto...
– General Marco Braco, he oído muchas cosas acerca de Cara Cortada y le conozco personalmente, el como nosotros lucha por lo que es justo y lucho en su tiempo. Las cosas salieron mal y fueron los Dirastar los que se beneficiaron de ello. Lo que debemos hacer ahora es reunir fuerzas y expulsar a esos intrusos de estas tierras. Le deberá sonar el refrán el enemigo de mi enemigo es mi amigo... Pues bien el enemigo de su enemigo esta delante suyo, puede elegir luchar a su lado o luchar solo. No tengo nada mas que decir. Esperare paciente su respuesta y me iré dentro de un día. Si no ha contestado entonces daré su respuesta como negativa. Que pase una buena noche.
Pero antes de que el elfo se retirara el mismo guardia de antes interrumpió la conversación ya acabada.
– Disculpen si interrumpo algo importante. Traigo buenas noticias y muy recientes.
– Descuida nuestra conversación ya acabo, ahora mismo el elfo se iba... Digame cuales son las buenas nuevas.
– Una de nuestras expediciones de rastreo por la frontera a encontrado a una sección de las Lanzas Doradas de Aldar dirigiéndose para aquí. Ellos no saben donde estamos ocultos y no hemos querido hablar con ellos hasta que lo supierais vos primeramente. ¿Que se debe hacer con el asunto?
– Encontradlos y giarlos hasta aquí. Me alegro de que Aldar venga en nuestra ayuda... Elfo, mi decisión ha de ser prorrogada un día mas, pero te prometo que tendrás tu respuesta antes de tu partida.
…
El bosque nos mira con mil ojos desde cada rincón, desde cada copa de cada árbol, desde cada rayo de luz que se cuela entre la vegetación e ilumina un poco este oscuro sendero. Viajamos desde hace semanas hacia Viento Oculto, lejos de nuestra helada patria y con la bendición de la Dama de la Escarcha.
Se que alrededor de Vizh son famosas las incursiones Heldanar. Que cuando una incursión de los nuestros parte de sus tierras deja un rastro de destrucción, fuego, sangre y caos. Y es cierto, pero esta vez no es asi. La humedad de los bosques de Daifa nos impide quemar cualquier cosa demasiado tiempo. La gente suele huir y es imposible volver a encontrarlos.
Pero nuestro objetivo no es Daifa, sino entrar por sorpresa desde Daifa a Viento Oculto. Tenemos la suerte de que las tribus salvajes de estas tierras están en guerra y se preocupan poco por nuestra presencia. Consienten nuestros ataques y huyen de nosotros sabiendo que tienen peores cosas por las que preocuparse.
Mi nombre es Cruak´n´chan O´Morrey y mi profesión es ser un Skald. Soy un poeta guerrero del norte. Mi oficio y mi beneficio es la batalla. En ella encuentro la inspiración y el sentido de mi vida. Después en paz medito y escribo si las musas de la batalla me han sido propicias. A nuestra expedición le espera en Viento Oculto la venganza y a mi en la vuelta a casa la Gloria. Porque una vez todo haya acabado habré terminado de escribir esta epopeya y seré famoso entre los famosos. Inmortal entre los inmortales echo de la misma gloria que propagara mi historia generación en generación.
Hace poco embosquemos un poblado Drenai, pero huyeron casi todos sus habitantes y dejaron tras de si una aburrida batalla. Los berserkesrs siguen peleándose contra enemigos imaginarios, que en realidad son arboles de esta espesa selva. Y así seguirán hasta que pase el efecto de sus drogas. Los guerreros dormitan y algunos registran las tiendas en las cuales no hay nada de valor excepto plantas y carnes que no sabemos si son comestibles.
Todo el mundo esta intranquilo, no sabemos si llegaremos a la frontera. El bosque nos vigila y nuestros enemigos son fantasmas que se pierden a nuestra vista. Nadie sabe si volverán o dejaran pasar nuestra furia. Sea como sea lo arrasaremos todo y la Dama de la Escarcha nos concederá la venganza.
…
Saulo se retorcía nuevamente en el trono maquinando nuevos y retorcidos planes. Últimamente las cosas se estaban torciendo demasiado y ya era hora de que actuara pronto.
A los pies del trono cinco Nazaris esperaban sus ordenes. Se mostraban ante el gran líder en su forma original como signo de respeto y sumisión ante su nuevo señor. Todos ellos vestían la misma túnica negra con capucha y todas ellas estaban igual de gastadas y raídas. Todo el mundo en esa sala esperaba con impaciencia las palabras de Saulo.
– Bienvenidos a Tasde. Os he mandado llamar para encomendaros una delicada misión. Una misión tan importante que solo podría recabar en vuestras manos. Cada uno de vosotros partirá en solitario hacia las fronteras del país. Vuestra misión es averiguar el paradero de todas y cada una de las resistencias que se diseminan por esas fronteras. Quiero que os infiltréis en ellas y corropais a sus lideres, quiero que traigáis aquí toda la información que podáis.
Si lo lográis seréis recompensados con abundancia y riquezas hasta que vuestra codicia se calme.
Habéis sido entrenados por mis mejores hombres y espero de vosotros grandes cosas.
Se que no tenéis costumbre de hablar así que simplemente acompañadme hacia el balcón. La muchedumbre me espera y esta armando demasiado jaleo.
Saulo salio hacia el balcón del palacio de Tasde escoltado por los cinco nazairs que ya habían camuflado sus rostros. A los pies del balcón se encontraba un ejercito inmenso formado por gente de multitud de razas y lugares. Tantos como la codicia podría haber comprado.
Habían entre las filas del ejercito poderosos Vantar corruptos de la secta de los Dirastar, veteranos mercenarios orcos y sus compañías, veteranos también de Lancare con ansias de riqueza y sangre, civiles conversos al nuevo régimen, militares de la zona también conversos y por ultimo los devotos, un grupo de fanáticos recién convertidos a la causa que darían su vida por ella.
Todo estaba dispuesto, la resistencia seria borrada de la faz de Vizh de un solo y poderoso golpe.
El ejercito aclamaba y Saulo empezó a hablarles.
– LA ERA DEL PECADO HA LLEGADO, JUNTOS DOMINAREMOS TODOS LOS RINCONES DE ESTE PAIS Y NOS ESTENDEREMOS POR VIZH COMO UNA PLAGA. ELLOS SON DEBILES Y NOSOTROS FIRMES Y CAERAN.
Tras sus palabras, el moralizado ejercito aclamaba a Saulo, todo el mundo tenia ganas de abandonar Tasde y empezar la ultima batalla de esta inacabable guerra. La resistencia tenia los días contados.
…
En el sur de Viento Oculto el ambiente era radicalmente distinto. Todo el ejercito estaba también reunido ante su general, pero no delante de un palacio, sino alrededor de unas tablas instaladas en medio del bosque. Era la forma que tenia la resistencia de recibir a sus nuevos invitados. Todos reían y cantaban e intentaban olvidar que dentro de unos meses su situación seria radicalmente distinta.
Incluso los inflexibles soldados de las Lanzas Doradas de Aldar se habían relajado en aquel ambiente.
De repente Marco Braco se levanto con esfuerzo del asiento y alzo su copa con la mano pidiendo la palabra. Todo el mundo cayo para oír al General que nuevamente había recuperado la forma y el color de antes de la masacre.
– Quiero dar primeramente la bienvenida a los valerosos soldados de Aldar que han venido en nuestra ayuda y en la de todo el país de Viento Oculto. Quiero que sepáis que Viento Oculto siempre estará en deuda con las Lanzas Doradas.
Y además de todo eso quiero contaros una vieja historia. Una historia que oí hace muchos años en palabras de un viejo chamán Drendari en mi juventud, cuando mi cuerpo estaba completamente sano y yo era un joven tarambana sediento de aventuras. – Dijo con nostalgia mirándose la pierna– Esta historia habla de las cosas que ahora mas que nunca necesita nuestra Resistencia.
La historia dice así:
“ Una vez en las selvas de Daifa había un bravo guerrero que perseguía una inmensa araña gigante que atemorizaba desde su hondonada a un asentamiento Drendari.
Tras días de búsqueda dio con ella y lucho.
Pero la araña era mas fuerte y se divertía acorralándole e hiriéndole una y otra vez.
A lo que el guerrero siempre respondía con aplomo.
– Monstruosa araña por mucho que me hieras vas a caer derrotada aun poseo mi valor, mi fe y mi esperanza.
Al caer la tarde la araña cansada ya de aquel inútil juego decidió rematar a su presa que no hacia mas que repetir aquella sarta de palabras para ella sin sentido.
Y por ultima vez el guerrero dijo : Aun poseo mi valor, mi fe y mi esperanza. Su agijon fue a clavarse en el pecho de aquel indefenso guerrero.
Pero fue entonces cuando una lluvia de flechas salieron disparadas de un lugar del bosque he hirieron al animal que huyo malherido hasta su guarida, donde se dedico prácticamente a esperar la muerte.
Hasta allí llego el guerrero a punto de rematar a aquel monstruo que le miraba con tristes ojos.
Y por ultima vez el guerrero dijo:
– Araña de verdad estabas perdida antes de que yo llegase, por que a diferencia de mi tu careces de valor, de fe y de esperanza. Pero preocupate porque morirás sin haber conocido su significado. Y dicho esto remato a aquel monstruo.”
Tras los aplausos de todos los comensales Marco Braco hizo una solemne pausa en su discurso cargado de fuerza y calor reconfortante para sus hombres. Y cuando el largo aplauso ceso, el General siguió con su discurso.
– Nosotros al igual que el soldado estábamos perdidos ante nuestro enemigo, pero a diferencia de el tenemos valor, fe y esperanza. Tres cosas que hace unos días creía perdidas pero ahora tras los últimos acontecimientos las siento correr en mi sangre.
Así que prometo guiaros hace una victoria segura ante aquellos que cegados por el pecado perdieron su alma. Nosotros seremos mas fueres y nuestros golpes harán mas daño.
Juntos liberaremos Viento Oculto y haremos sentirse orgullosos a nuestros hijos y a los hijos de sus hijos y al resto de las generaciones venideras.
Tras esto otra vez los comensales estallaron en vítores y aplausos, estaban contemplando un discurso histórico digno de como paso a la historia el Incansable General Marco Braco. Pero Braco no había dicho todo lo que tenia que decir.
– Y por ultimo antes de que todos continuemos este alegre festín me gustaría anunciaros que el Heraldo Elfico ha abandonado el campamento esta mañana. Se que todos estáis pendientes de mi decisión así que os la comunicare de inmediato...
Al oír estas ultimas palabras la multitud vitoreo y aplaudió por ultima vez antes de empezar a comer.
…
Y así entre los vítores de La Resistencia al General Marco Braco y el aclamamiento del ejercito de Saulo al propio Saulo, aquí concluye este ultimo capitulo de lo que aconteció en la antigua guerra de Viento Oculto, justo antes de que la sangre fuera derramada...
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miércoles, 9 de febrero de 2011
CAPITULO 2: DECISIONES AL FILO
-Cuando llegamos allí la situación era dantesca. El blanco de la nieve de nuestras tierras se había teñido de rojo. Buscamos entre las vísceras y los cadáveres pero no encontramos nada... Habían muerto todos : mujeres, niños, ancianos, hombres e incluso el ganado... En ese sitio no había vida, ni esperanza... Nos disponíamos a salir de la ciudad cuando vimos algo que nos sobresalto, un hombre cubierto de sangre y mutilado se arrastraba por la nieve, de su boca emanaba una espuma blanca, sus ojos eran rojos y no paraba de chillar, sus chillidos helaban la sangre mas incluso que el propio hielo. Era una aberración, una burla de la naturaleza, un ser que una vez fue humano pero estaba lejos de serlo. Era la obra de un Vantar oscuro. o algo peor.
Mis tropas aterradas acabaron con el y enterraron todas las partes de su cuerpo por separado y embadurnadas en sal. Después abandonamos el lugar y regresamos a informar de lo ocurrido. Yo todavía no me he repuesto del impacto.
El capital Heldanar dio fin a su intervención ante el consejo de las tribus del norte.
El consejo estaba formado por ancianos de todas las tribus Heldanar y los mejores guerreros de cada tribu, que portaban sus Sajahielos como símbolo de poder y fuerza. Estos consejos no solían reunirse con frecuencia, ya que los Heldanar son una raza que convive con la guerra y son normales los conflictos entre sus tribus.
Pero esta vez era distinta. Un abominable acto de magia oscura había desafiado el orden de la nación. Los Heldanar como gente supersticiosa que eran reaccionaron de forma temerosa ante tal acontecimiento. Sin embargo los guerreros sedientos de sangre y venganza reclamaban soluciones drásticas burlándose de la supersticiones de sus mayores.
Ante el silencio de la multitud un guerrero decidió hablar.
- Los Vantar no solo nos han obsequiado a nosotros con su visita y sus atrocidades. En Viento Oculto han provocado una guerra civil y han sometido a casi todo el país...
- ¡¡Deberíamos intervenir en esa guerra y vengarnos!!
- ¡Por la gloria de los Helendar, apoderémonos de sus tierras en medio del caos!!
Una decena de voces se escucharon en el consejo. Casi todos reclamaban venganza, tierras o mas poder para la nación. Pero antes de que se extendiera la rabia, uno de los ancianos levanto su voz, grave pero firme.
- ¡¡¡Silencio!!! Deberíais aplacar vuestra rabia. Los Vantar no son un enemigo a subestimar. Tal y como esta la situación si acudimos a Viento Oculto solo podrá ser en su defensa. Deberíamos enfrentarnos a los desconocidos Vantar y no a una nación entera, sino seria mas cruento que una simple guerra civil. Tendríamos a una nación en nuestra contra.
Debemos actuar con calma y asegurar nuestras fronteras. Necesitamos a nuestros mejores hombres para que acudan a la guerra de Viento Oculto como mercenarios ocultando nuestras intenciones. Mientras aquí nosotros reforzaremos nuestra fuerza militar y nuestras defensas.
Una vez preparados para lo peor decidiremos nuestros objetivos. Actuaremos con calma y fuerza y nuestra nación permanecerá unida.
Tras un largo silencio todo el consejo aclamo las palabras del anciano, los ancianos aplaudían y los guerreros alzaban sus Sajahielos en alto.
<<¡¡¡ Eterna vida a los fríos Heldanar !!! ¡¡¡ Que la Dama de la Escarcha nos guie!! >>
Lucio de la Torre contemplaba los jardines de su palacio en la ciudad. Hoy se había levantado pronto y se había puesto sus mejores ropas, hoy era un día importante.
Cada día su situación en la noble corte de Aldar era mas propicia. Sus habilidades como gobernante le habían hecho ascender notablemente. Sabia manejar su dinero y a sus enemigos a la perfección y probablemente era esa la clave de su éxito. Aun así lo que realmente ansiaba no era la riqueza, sino el favor de su rey y sus influencias. Quería ser la mano derecha de Eiglos, el era ambicioso pero eficaz.
De repente sintió un escalofrió en su espalda y se giro bruscamente, poniendo una mano sobre el pomo de su espada.
Ante el, sentado en una silla estaba un criado de la hacienda cuya cara Lucio no recordaba haber visto nunca.
- Temía que no vinieras... Ahora que estamos entre iguales es mejor que te despojes de tu disfraz de humano.
La cara del criado se difumino y su piel se convirtió en una piel escamosa de un verde pálido. Sus facciones cambiaron, su nariz se convirtió en dos pequeños orificios y sus ojos se volvieron negros con grandes pupilas.
- Seré breve, pronto he de volver a viajar. Te traigo información sobre las dos naciones. Viento Oculto es ya pasto del caos y del pecado, aunque no conseguí apoderarme de aquella moneda del mago muerto para controlar a los Dirastar . La Orden esta investigando como controlar el conflicto por ambas partes pero no peligra nuestra situación si en aquellas tierras reina el caos... ¿Que hay de tu parte en este asunto?
- Estoy avanzando en mi estudio de las relaciones comerciales para suplir la falta de comercio con Viento Oculto. Aldar no quiere inmiscuirse en la guerra civil si no se ve realmente afectado, aunque algunas compañías de mercenarios partan para hacer fortuna en esas tierras.
Informa a La Orden de que la situación de Aldar permanecerá así, mis influencias ascienden y también asciende una sección de la corte que quiere parlamentar con los Dirastar, pero sabes que eso es imposible... ¿Y que acontece en Heldanar?
- El miedo ha hecho mella en ellos y claman venganza. El nigromante no pudo resistirse a dejar su rastro, pero sus actos escapan ya a nuestro control. Se le ha ordenado que se oculte, es nuestra mayor arma en este laberinto. Cuando el verdadero caos reine en Vizh lo utilizaremos como es debido. El reino de las serpientes resurgirá y acabara la edad del hombre. Que la gloria de la Serpiente sea con nuestros espíritus...
Mis tropas aterradas acabaron con el y enterraron todas las partes de su cuerpo por separado y embadurnadas en sal. Después abandonamos el lugar y regresamos a informar de lo ocurrido. Yo todavía no me he repuesto del impacto.
El capital Heldanar dio fin a su intervención ante el consejo de las tribus del norte.
El consejo estaba formado por ancianos de todas las tribus Heldanar y los mejores guerreros de cada tribu, que portaban sus Sajahielos como símbolo de poder y fuerza. Estos consejos no solían reunirse con frecuencia, ya que los Heldanar son una raza que convive con la guerra y son normales los conflictos entre sus tribus.
Pero esta vez era distinta. Un abominable acto de magia oscura había desafiado el orden de la nación. Los Heldanar como gente supersticiosa que eran reaccionaron de forma temerosa ante tal acontecimiento. Sin embargo los guerreros sedientos de sangre y venganza reclamaban soluciones drásticas burlándose de la supersticiones de sus mayores.
Ante el silencio de la multitud un guerrero decidió hablar.
- Los Vantar no solo nos han obsequiado a nosotros con su visita y sus atrocidades. En Viento Oculto han provocado una guerra civil y han sometido a casi todo el país...
- ¡¡Deberíamos intervenir en esa guerra y vengarnos!!
- ¡Por la gloria de los Helendar, apoderémonos de sus tierras en medio del caos!!
Una decena de voces se escucharon en el consejo. Casi todos reclamaban venganza, tierras o mas poder para la nación. Pero antes de que se extendiera la rabia, uno de los ancianos levanto su voz, grave pero firme.
- ¡¡¡Silencio!!! Deberíais aplacar vuestra rabia. Los Vantar no son un enemigo a subestimar. Tal y como esta la situación si acudimos a Viento Oculto solo podrá ser en su defensa. Deberíamos enfrentarnos a los desconocidos Vantar y no a una nación entera, sino seria mas cruento que una simple guerra civil. Tendríamos a una nación en nuestra contra.
Debemos actuar con calma y asegurar nuestras fronteras. Necesitamos a nuestros mejores hombres para que acudan a la guerra de Viento Oculto como mercenarios ocultando nuestras intenciones. Mientras aquí nosotros reforzaremos nuestra fuerza militar y nuestras defensas.
Una vez preparados para lo peor decidiremos nuestros objetivos. Actuaremos con calma y fuerza y nuestra nación permanecerá unida.
Tras un largo silencio todo el consejo aclamo las palabras del anciano, los ancianos aplaudían y los guerreros alzaban sus Sajahielos en alto.
<<¡¡¡ Eterna vida a los fríos Heldanar !!! ¡¡¡ Que la Dama de la Escarcha nos guie!! >>
Lucio de la Torre contemplaba los jardines de su palacio en la ciudad. Hoy se había levantado pronto y se había puesto sus mejores ropas, hoy era un día importante.
Cada día su situación en la noble corte de Aldar era mas propicia. Sus habilidades como gobernante le habían hecho ascender notablemente. Sabia manejar su dinero y a sus enemigos a la perfección y probablemente era esa la clave de su éxito. Aun así lo que realmente ansiaba no era la riqueza, sino el favor de su rey y sus influencias. Quería ser la mano derecha de Eiglos, el era ambicioso pero eficaz.
De repente sintió un escalofrió en su espalda y se giro bruscamente, poniendo una mano sobre el pomo de su espada.
Ante el, sentado en una silla estaba un criado de la hacienda cuya cara Lucio no recordaba haber visto nunca.
- Temía que no vinieras... Ahora que estamos entre iguales es mejor que te despojes de tu disfraz de humano.
La cara del criado se difumino y su piel se convirtió en una piel escamosa de un verde pálido. Sus facciones cambiaron, su nariz se convirtió en dos pequeños orificios y sus ojos se volvieron negros con grandes pupilas.
- Seré breve, pronto he de volver a viajar. Te traigo información sobre las dos naciones. Viento Oculto es ya pasto del caos y del pecado, aunque no conseguí apoderarme de aquella moneda del mago muerto para controlar a los Dirastar . La Orden esta investigando como controlar el conflicto por ambas partes pero no peligra nuestra situación si en aquellas tierras reina el caos... ¿Que hay de tu parte en este asunto?
- Estoy avanzando en mi estudio de las relaciones comerciales para suplir la falta de comercio con Viento Oculto. Aldar no quiere inmiscuirse en la guerra civil si no se ve realmente afectado, aunque algunas compañías de mercenarios partan para hacer fortuna en esas tierras.
Informa a La Orden de que la situación de Aldar permanecerá así, mis influencias ascienden y también asciende una sección de la corte que quiere parlamentar con los Dirastar, pero sabes que eso es imposible... ¿Y que acontece en Heldanar?
- El miedo ha hecho mella en ellos y claman venganza. El nigromante no pudo resistirse a dejar su rastro, pero sus actos escapan ya a nuestro control. Se le ha ordenado que se oculte, es nuestra mayor arma en este laberinto. Cuando el verdadero caos reine en Vizh lo utilizaremos como es debido. El reino de las serpientes resurgirá y acabara la edad del hombre. Que la gloria de la Serpiente sea con nuestros espíritus...
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martes, 8 de febrero de 2011
CAPITULO 1: NIEVE Y SANGRE
TEXTO OBSOLETO, LA SAGA SE HA ACTUALIZADO.
PUEDES LEERLA AQUÍ.
ADENTRATE A LA NUEVA SAGA VÍZALDAR!!
Ya estaba atardeciendo en Puntaescarcha, un pequeño pueblo al norte del continente de Vizh. Y el sol se ponía en el horizonte como una luz anaranjada entre las escarpadas y altas montañas. La nieve lo cubría todo y el frió era tan intenso como siempre en esa época del año, solo los mas fuertes sobrevivían en esa tierra hostil, la caza, la pesca y la artesanía eran junto al escaso comercio la base de la economía de aquellos pueblos. Era fácil perderse por aquellos paramos donde no parecía haber ninguna vida salvo la del frió y la muerte. Cualquier persona podría fácilmente perderse por aquellas tierras y ser pasto de los lobos o de la helada muerte, pero no un Heldanar.
Las tribus de los Heldanar, considerados como incivilizados y salvajes por casi todo Vizh habían conseguido lo que posiblemente ninguna raza fuese capaz de hacer, adaptarse a ese inhóspito medio y subsistir de los pocos recursos que podían sacar de el. Y entre la nieve y la nada se dedicaban a la caza y la pesca. Raramente podían domesticar algún animal salvaje, ya que en esas condiciones el ganado no soportaba tan bajas temperaturas como sus propietarios. La agricultura era a su vez escasa por aquellos reinos y lo único que lograban sacar de la tierra eran bayas y otros frutos silvestres que escaseaban o eran comidos por otros animales. Debido a ello su dieta era carnivora y desarrollaron una gran maestria en el tratamiento de las pieles. Pero con casi toda seguridad la actividad mas rentable de los Heldanar era la guerra.
La jerarquía de las tribus de los Heldanar era militar. Los pueblos, aldeas y asentamientos estaban gobernados por una o varias tribus y su líder y sus hombres ejercían de autoridad absoluta, casi siempre con la ayuda del consejo de sabios, los sacerdotes de la iracunda diosa del viento la Dama de la Escarcha. El orden en aquellas tierras se mantenía con la fuerza del acero y nunca había clemencia con los criminales y los ladrones.
Ulrik bajo de su canoa y comenzó a recoger sus aparejos de pesca. Debía de llegar a casa antes de que cayera la noche. El día de pesca había sido propicio y la temporada de pesca estaba a punto de finalizar. Solo había un detalle que escapaba a la comprensión de Ulrik, había encontrado un banco numeroso de peces muertos a contracorriente. Los animales solo mataban para comer nunca por diversión. Pronto debería de bajar hacia la aldea de Puntaescarcha, donde desembocaba el rió de la montaña de la noche a vender su pescado. En Puntaescarcha, Ulrik era considerado un ermitaño loco, por el simple hecho de habitar en aquella montaña que sus habitantes y sus ridículas leyendas tildaban de maldita. La familia de Ulrik era de Puntaescarcha y el había recibido una educación normal y corriente, pero prefería vivir solo y aislado.
Y es cuando Ulrik andaba absorto en sus pensamientos cuando vio la primera señal de que algo estaba apunto de acontecer. De un grupo de arboles cercano a su casa surgía un reguero de sangre que teñía de rojo la blanca nieve y proseguía en dirección a su cabaña de madera. Ulrik reacciono instintivamente y dejo sus aparejos de pesa y las presas entre la maleza con la esperanza de que ninguna alimaña diera buena cuenta de ellas. Desenvainó su cuchillo de caza y puso todos sus sentidos alerta, después de todo era un Heldanar, era de constitución alta y robusta y sabia luchar si era necesario hasta la muerte con fiereza y furia. Contempló no sin bajar su guardia como de la chimenea de su cabaña surgía humo, señal de que alguien estaba dentro de ella.
La puerta estaba abierta y no tenia signos de estar forzada, Ulrik no tenia costumbre de cerrarla con llave. Ulrik se cubrió en una de las paredes de la cabaña y agazapado miro a través de una de las empañadas ventanas. La casa parecía estar como siempre, en orden, el único detalle que escapaba a aquella normalidad eran las llamas de la hoguera y un bulto ensangrentado, cubierto por lo que parecía una capa de piel como las que el estaba acostumbrado a fabricarse. Fuese quien fuese parecía que estaba a las puertas de la muerte y no opondría resistencia alguna. Toda la casa estaba en silencio, lo que podría decir que no había nadie mas dentro, por lo menos en movimiento.
Ulrik entro en la cabaña y siguió el rastro de sangre aun caliente hasta la chimenea. Nada mas ver aquel bulto confirmo sus sospechas, era un Heldanar medio muerto tirado al lado del fuego. Ulrik lo recostó delicadamente para poder contemplar su rostro, una vez lo hizo no pudo sino realizar una mueca de dolor. Aquel era Frederik cuernos de alce, un joven cazador hijo de un viejo amigo suyo que vivía en Puntaescarcha. Frederik solía realizar batidas de caza por la montaña en busca de alces y tenia fama de ser uno de los mejores cazadores de kilómetros a la redonda. El joven solo pudo articular unos cuantos balbuceos antes de morir en los brazos de Ulrik.
–Vienen desde la montaña... Quieren la sangre... Los Hijos de Behemont...
Ulrik estaba aterrado al oír esas palabras, algo terrible se cernía sobre Puntaescarcha, algo maligno. Debía llegar a Puntaescarcha antes de que fuese tarde, atravesando a través de la noche que ya se asentaba sobre la montaña...
…
Guilerm hacha robusta hijo de Folker, líder de la tribu de los Hijos del Mar Helado y caudillo de Puntaescarcha veía desde la ventana de la casa de los escudos como se extendía la oscuridad de la noche en el exterior. Se había tenido que reunir junto al consejo de sabios de la tribu ya que un extranjero había pedido audiencia. En circunstancias normales habría podido esperar, pero el extranjero no había venido a Puntaescarcha desde ningún camino conocido, había bajado directamente de la montaña maldita, donde salvo el ermitaño Ulrik, nadie tenia el valor de adentrarse demasiado.
El extranjero solo había pedido audiencia por un asunto de vital importancia para el pueblo. Los soldados que habían hablado con el decían que se había identificado como druida tenia la voz ronca y que no habían conseguido ver su rostro, ya que vestía una túnica negra y roja y una capucha que cubría su rostro.
Guilerm fijo su vista en el extraño druida que se erguía delante de el consejo sentado a su derecha y a su izquierda en una mesa larga. A sus espaldas se situaba la hoguera que ardía para dar calor a la cabaña, de modo que la única luz provenía de detrás de aquel individuo, haciéndole mas siniestro aun. El extranjero se apoyaba sobre un bastón de madera vieja y desgastada de color pálido en cuya punta colgaban unos huesos atados con cuerdas de algún animal salvaje, estaba ligeramente encorvado y parecía mirarles fijamente aunque no podían ver su rostro.
–¿Que es lo que le ha traído por nuestras tierras extranjero y cual es el asunto tan importante que ha de comunicarnos sin falta? Hemos tenido la amabilidad de recibirle a las puertas de la noche ya que ha tenido que pasar un duro viaje desde la montaña. Muestre su rostro y preséntese. Sea breve, es la hora de la cena y hasta aquí llega el olor de la comida de las cabañas de los alrededores.
Aquel extraño personaje no parecía inmutarse ante las palabras del jefe tribal. Pero reacciono enseguida en cuanto Guilerm menciono la hora de la cena. Simplemente hablo con rapidez. Su voz era tan ronca y fría como habían descrito los guardias. Sonaba como una corriente de aire pasando por una pequeña rendija.
–Es la hora de la cena, es la hora de la cena, es la hora de la cena– No paraba de repetir aquel extraño y espeluznante personaje. Sin inmutarse un ápice.
Toda la sala se quedo en silencio y un horrible temor invadió sus mentes. Nadie sabia donde había salido aquella sensación, pero era insoportable. Guilerm no pudo contener su terror y desenvaino su hacha. El extranjero mostraría algo de respeto o se lo haría pagar con creces. Cuando Guilerm se levanto de la silla y se subio en la mesa para abalanzarse sobre aquel irrespetuoso forastero, su cuerpo quedo completamente paralizado, como un tempano de hielo. Ya no corria sangre por sus venas sino litros de puro miedo y pánico.
El extranjero reaccionó sin prisa ante la acometida de aquel jefe tribal de poca monta, se quito la capucha y mostró su verdadero rostro. Un rostro que se asemejaba mas a el de una calavera que al de una persona viva, su cara pálida y sus facciones secas, sus ojos rojos y ardientes y su poderosa mandíbula y sus afilados dientes aun resultaban mas tétricos a la contraluz de la hoguera. Antes de que Guilerm descargara su hacha sobre ese ser, escucho algo que lo dejo helado. Aquella criatura produjo un grito desgarrador, un grito que helaba la sangre, un grito que dejo paralizada de terror a toda la sala. Nadie podía moverse presa del pánico, ni siquiera los fornidos guardias que custodiaban la puerta de la cabaña. Aquella cosa no era de este mundo.
De repente antes de que Guilerm pudiera reaccionar, la criatura se lanzo sobre el tirandole sobre su silla, la sangre manchaba toda la casa de los escudos como si de pintura se tratase, pronto empezaron a oírse los primeros gritos desgarradores de las gentes del pueblo, la matanza de Puntaescarcha había comenzado...
…
Ulrik estaba exhausto, no recordaba haber corrido tanto en toda su vida, el corazón parecía salirsele por la boca, le faltaba aire y tenia tanto calor como si fuera verano. Levanto la cabeza y comprendió que había llegado demasiado tarde. Ante sus ojos se encontraban las ruinas de Puntaescarcha, sus edificios de madera en llamas y las calles inundadas de sangre. Nunca se pudiera haber imaginado que viviría lo suficiente para ver una cosa como esta.
Sea lo que fuere lo que había producido ese caos, Ulrik tenia claro que no era humano. Debía estar alerta, tenia que cazar al culpable de aquella pesadilla y hacerle pagar con creces.
Conforme iba avanzando por las calles su cuerpo y su cabeza le pedían a gritos que huyera de ese terrorífico lugar, las calles bañadas en sangre estaban sembradas de cadáveres de reses muertas, algunas aun agonizantes, en lo que parecía un festín de entrañas. De repente no pudo contener sus ganas de vomitar al ver un cuerpo de un hombre tendido en el suelo y sin cabeza, parecía haber sido aplastada por algo.
Decidió finalmente salir de allí, pero algo se cruzo en su camino. Dos Heldanar fornidos caminaban por la calle portando dos grandes hachas de batalla. Sus cuerpos estaban cubiertos de sangre y sus ojos eran rojos, igual que la sangre que cubría sus rostros. Ulrik se apresuro en ocultarse en una casa cercana, su instinto le gritaba que debía de salir de allí, que esos dos hombres podían acabar con su vida fácilmente, que sus antiguas lecciones de lucha no le servirían para nada en aquella situación. Contemplo como los dos hombres cogían cada uno un cadáver como si fuesen tan ligeros como la tela y empezaban a discutir gritandose, como si no conocieran otra manera de hablar. Sus voces sonaban enfurecidas como si estuvieran enfadados por algo y eran graves como para infundir temor a cualquier hombre en sus cabales.
–¿Crees que estos cadáveres serán suficientes?– Le grito uno al otro.
–Creo que con sacrificar todo un pueblo sea suficiente para nuestro señor, pero yo volveré a comprobar que no haya nadie agonizando entre los escombros, no se porque diablos tenemos que hacer como si este maldito pueblo no hubiese existido nunca...
–Calla de una jodida vez y vayamos a la plaza estoy harto de oírte decir todos los días que no matas a la suficiente gente.
Ulrik reacciono cuando se alejaban aquellas dos alimañas, todos ellos estaban en la plaza de Puntaescarcha. Debía de ir allí y averiguar que estaba ocurriendo, después debería irse corriendo a alguna aldea cercana, con suerte estaría en ella dentro de 3 o 4 días si no se lo impedía el mal tiempo. Haciendo uso de sus habilidades de cazador, se deslizo entre las sombras sigilosamente, entre el fuego, la sangre y los escombros.
Llego a tiempo de ver como aquellos dos hombres depositaban los cadáveres en una gran pila de miembros amputados y personas mutiladas y desangradas. Debajo de todo ese montón de carne y huesos se encontrada la plaza de Puntaescarcha. Pero en aquel sitio no había ya ningún signo de vida, de compasión o de humanidad, solo un insoportable hedor y pánico fluía por el aire.
Ulrik contemplo como un hombre arrodillado vestido con una túnica negra, teñida con sangre no paraba de recitar una especie de cantares en una lengua desconocida para el. De repente alzo sus manos al suelo y mostró a los presentes dos trozos de hielo tan grandes como su mano, que comenzaron a brillar y teñirse de rojo y después los unió como si fueran una única pieza. Aquello no era normal, Ulrik había escuchado de pequeño historias sobre los Vantar, los últimos magos sobre Vizh. Se contaba que hace tiempo fueron personas normales, pero que sacrificaron parte de su alma para poder controlar la magia, se decia que eran poderosos y no tenían escrúpulos. Pero todo eso eran cuentos para asustar a los niños, leyendas antiguas sin sentido. Como que la montaña en la que habitaba estaba maldita y habitada por criaturas oscuras. Pero hoy no tenia mas remedio que temer, temer y correr, si quería seguir con vida.
El ser termino su ritual y se dirigió a los demás.
–Solo la sangre de los inocentes sera capaz de unir los trozos del cuerpo de Behemoth. Nosotros somos los encargados de juntar todos los trozos de su cuerpo, nosotros haremos de las ciudades de Vizh estanques de sangre y barreremos toda la vida que encontremos... – El Vantar cayo de repente y miro hacia donde se encontraba Ulrik –Que no acabe la fiesta, aun hay un humano con vida entre nosotros.
Toda la gente que se agolpaba alrededor del Vantar se giro mirando hacia su posición, la escena del ritual del Vantar le había aterrado tanto que no había sido capaz de darse cuenta de su presencia, eran unos 100 hombres, pero su fuerza equivalía a 100 ejércitos. Ulrik sabia que era tarde, sabia que era el fin y que todo estaba perdido. Pronto el barquero conduciría su alma hasta el infierno. Era demasiado tarde para luchar. Su cabeza rodaba por los suelos segundos mas tarde. Ningún alma se encontraba sobre Puntaescarcha, había dejado de existir...
PUEDES LEERLA AQUÍ.
ADENTRATE A LA NUEVA SAGA VÍZALDAR!!
Ya estaba atardeciendo en Puntaescarcha, un pequeño pueblo al norte del continente de Vizh. Y el sol se ponía en el horizonte como una luz anaranjada entre las escarpadas y altas montañas. La nieve lo cubría todo y el frió era tan intenso como siempre en esa época del año, solo los mas fuertes sobrevivían en esa tierra hostil, la caza, la pesca y la artesanía eran junto al escaso comercio la base de la economía de aquellos pueblos. Era fácil perderse por aquellos paramos donde no parecía haber ninguna vida salvo la del frió y la muerte. Cualquier persona podría fácilmente perderse por aquellas tierras y ser pasto de los lobos o de la helada muerte, pero no un Heldanar.
Las tribus de los Heldanar, considerados como incivilizados y salvajes por casi todo Vizh habían conseguido lo que posiblemente ninguna raza fuese capaz de hacer, adaptarse a ese inhóspito medio y subsistir de los pocos recursos que podían sacar de el. Y entre la nieve y la nada se dedicaban a la caza y la pesca. Raramente podían domesticar algún animal salvaje, ya que en esas condiciones el ganado no soportaba tan bajas temperaturas como sus propietarios. La agricultura era a su vez escasa por aquellos reinos y lo único que lograban sacar de la tierra eran bayas y otros frutos silvestres que escaseaban o eran comidos por otros animales. Debido a ello su dieta era carnivora y desarrollaron una gran maestria en el tratamiento de las pieles. Pero con casi toda seguridad la actividad mas rentable de los Heldanar era la guerra.
La jerarquía de las tribus de los Heldanar era militar. Los pueblos, aldeas y asentamientos estaban gobernados por una o varias tribus y su líder y sus hombres ejercían de autoridad absoluta, casi siempre con la ayuda del consejo de sabios, los sacerdotes de la iracunda diosa del viento la Dama de la Escarcha. El orden en aquellas tierras se mantenía con la fuerza del acero y nunca había clemencia con los criminales y los ladrones.
Ulrik bajo de su canoa y comenzó a recoger sus aparejos de pesca. Debía de llegar a casa antes de que cayera la noche. El día de pesca había sido propicio y la temporada de pesca estaba a punto de finalizar. Solo había un detalle que escapaba a la comprensión de Ulrik, había encontrado un banco numeroso de peces muertos a contracorriente. Los animales solo mataban para comer nunca por diversión. Pronto debería de bajar hacia la aldea de Puntaescarcha, donde desembocaba el rió de la montaña de la noche a vender su pescado. En Puntaescarcha, Ulrik era considerado un ermitaño loco, por el simple hecho de habitar en aquella montaña que sus habitantes y sus ridículas leyendas tildaban de maldita. La familia de Ulrik era de Puntaescarcha y el había recibido una educación normal y corriente, pero prefería vivir solo y aislado.
Y es cuando Ulrik andaba absorto en sus pensamientos cuando vio la primera señal de que algo estaba apunto de acontecer. De un grupo de arboles cercano a su casa surgía un reguero de sangre que teñía de rojo la blanca nieve y proseguía en dirección a su cabaña de madera. Ulrik reacciono instintivamente y dejo sus aparejos de pesa y las presas entre la maleza con la esperanza de que ninguna alimaña diera buena cuenta de ellas. Desenvainó su cuchillo de caza y puso todos sus sentidos alerta, después de todo era un Heldanar, era de constitución alta y robusta y sabia luchar si era necesario hasta la muerte con fiereza y furia. Contempló no sin bajar su guardia como de la chimenea de su cabaña surgía humo, señal de que alguien estaba dentro de ella.
La puerta estaba abierta y no tenia signos de estar forzada, Ulrik no tenia costumbre de cerrarla con llave. Ulrik se cubrió en una de las paredes de la cabaña y agazapado miro a través de una de las empañadas ventanas. La casa parecía estar como siempre, en orden, el único detalle que escapaba a aquella normalidad eran las llamas de la hoguera y un bulto ensangrentado, cubierto por lo que parecía una capa de piel como las que el estaba acostumbrado a fabricarse. Fuese quien fuese parecía que estaba a las puertas de la muerte y no opondría resistencia alguna. Toda la casa estaba en silencio, lo que podría decir que no había nadie mas dentro, por lo menos en movimiento.
Ulrik entro en la cabaña y siguió el rastro de sangre aun caliente hasta la chimenea. Nada mas ver aquel bulto confirmo sus sospechas, era un Heldanar medio muerto tirado al lado del fuego. Ulrik lo recostó delicadamente para poder contemplar su rostro, una vez lo hizo no pudo sino realizar una mueca de dolor. Aquel era Frederik cuernos de alce, un joven cazador hijo de un viejo amigo suyo que vivía en Puntaescarcha. Frederik solía realizar batidas de caza por la montaña en busca de alces y tenia fama de ser uno de los mejores cazadores de kilómetros a la redonda. El joven solo pudo articular unos cuantos balbuceos antes de morir en los brazos de Ulrik.
–Vienen desde la montaña... Quieren la sangre... Los Hijos de Behemont...
Ulrik estaba aterrado al oír esas palabras, algo terrible se cernía sobre Puntaescarcha, algo maligno. Debía llegar a Puntaescarcha antes de que fuese tarde, atravesando a través de la noche que ya se asentaba sobre la montaña...
…
Guilerm hacha robusta hijo de Folker, líder de la tribu de los Hijos del Mar Helado y caudillo de Puntaescarcha veía desde la ventana de la casa de los escudos como se extendía la oscuridad de la noche en el exterior. Se había tenido que reunir junto al consejo de sabios de la tribu ya que un extranjero había pedido audiencia. En circunstancias normales habría podido esperar, pero el extranjero no había venido a Puntaescarcha desde ningún camino conocido, había bajado directamente de la montaña maldita, donde salvo el ermitaño Ulrik, nadie tenia el valor de adentrarse demasiado.
El extranjero solo había pedido audiencia por un asunto de vital importancia para el pueblo. Los soldados que habían hablado con el decían que se había identificado como druida tenia la voz ronca y que no habían conseguido ver su rostro, ya que vestía una túnica negra y roja y una capucha que cubría su rostro.
Guilerm fijo su vista en el extraño druida que se erguía delante de el consejo sentado a su derecha y a su izquierda en una mesa larga. A sus espaldas se situaba la hoguera que ardía para dar calor a la cabaña, de modo que la única luz provenía de detrás de aquel individuo, haciéndole mas siniestro aun. El extranjero se apoyaba sobre un bastón de madera vieja y desgastada de color pálido en cuya punta colgaban unos huesos atados con cuerdas de algún animal salvaje, estaba ligeramente encorvado y parecía mirarles fijamente aunque no podían ver su rostro.
–¿Que es lo que le ha traído por nuestras tierras extranjero y cual es el asunto tan importante que ha de comunicarnos sin falta? Hemos tenido la amabilidad de recibirle a las puertas de la noche ya que ha tenido que pasar un duro viaje desde la montaña. Muestre su rostro y preséntese. Sea breve, es la hora de la cena y hasta aquí llega el olor de la comida de las cabañas de los alrededores.
Aquel extraño personaje no parecía inmutarse ante las palabras del jefe tribal. Pero reacciono enseguida en cuanto Guilerm menciono la hora de la cena. Simplemente hablo con rapidez. Su voz era tan ronca y fría como habían descrito los guardias. Sonaba como una corriente de aire pasando por una pequeña rendija.
–Es la hora de la cena, es la hora de la cena, es la hora de la cena– No paraba de repetir aquel extraño y espeluznante personaje. Sin inmutarse un ápice.
Toda la sala se quedo en silencio y un horrible temor invadió sus mentes. Nadie sabia donde había salido aquella sensación, pero era insoportable. Guilerm no pudo contener su terror y desenvaino su hacha. El extranjero mostraría algo de respeto o se lo haría pagar con creces. Cuando Guilerm se levanto de la silla y se subio en la mesa para abalanzarse sobre aquel irrespetuoso forastero, su cuerpo quedo completamente paralizado, como un tempano de hielo. Ya no corria sangre por sus venas sino litros de puro miedo y pánico.
El extranjero reaccionó sin prisa ante la acometida de aquel jefe tribal de poca monta, se quito la capucha y mostró su verdadero rostro. Un rostro que se asemejaba mas a el de una calavera que al de una persona viva, su cara pálida y sus facciones secas, sus ojos rojos y ardientes y su poderosa mandíbula y sus afilados dientes aun resultaban mas tétricos a la contraluz de la hoguera. Antes de que Guilerm descargara su hacha sobre ese ser, escucho algo que lo dejo helado. Aquella criatura produjo un grito desgarrador, un grito que helaba la sangre, un grito que dejo paralizada de terror a toda la sala. Nadie podía moverse presa del pánico, ni siquiera los fornidos guardias que custodiaban la puerta de la cabaña. Aquella cosa no era de este mundo.
De repente antes de que Guilerm pudiera reaccionar, la criatura se lanzo sobre el tirandole sobre su silla, la sangre manchaba toda la casa de los escudos como si de pintura se tratase, pronto empezaron a oírse los primeros gritos desgarradores de las gentes del pueblo, la matanza de Puntaescarcha había comenzado...
…
Ulrik estaba exhausto, no recordaba haber corrido tanto en toda su vida, el corazón parecía salirsele por la boca, le faltaba aire y tenia tanto calor como si fuera verano. Levanto la cabeza y comprendió que había llegado demasiado tarde. Ante sus ojos se encontraban las ruinas de Puntaescarcha, sus edificios de madera en llamas y las calles inundadas de sangre. Nunca se pudiera haber imaginado que viviría lo suficiente para ver una cosa como esta.
Sea lo que fuere lo que había producido ese caos, Ulrik tenia claro que no era humano. Debía estar alerta, tenia que cazar al culpable de aquella pesadilla y hacerle pagar con creces.
Conforme iba avanzando por las calles su cuerpo y su cabeza le pedían a gritos que huyera de ese terrorífico lugar, las calles bañadas en sangre estaban sembradas de cadáveres de reses muertas, algunas aun agonizantes, en lo que parecía un festín de entrañas. De repente no pudo contener sus ganas de vomitar al ver un cuerpo de un hombre tendido en el suelo y sin cabeza, parecía haber sido aplastada por algo.
Decidió finalmente salir de allí, pero algo se cruzo en su camino. Dos Heldanar fornidos caminaban por la calle portando dos grandes hachas de batalla. Sus cuerpos estaban cubiertos de sangre y sus ojos eran rojos, igual que la sangre que cubría sus rostros. Ulrik se apresuro en ocultarse en una casa cercana, su instinto le gritaba que debía de salir de allí, que esos dos hombres podían acabar con su vida fácilmente, que sus antiguas lecciones de lucha no le servirían para nada en aquella situación. Contemplo como los dos hombres cogían cada uno un cadáver como si fuesen tan ligeros como la tela y empezaban a discutir gritandose, como si no conocieran otra manera de hablar. Sus voces sonaban enfurecidas como si estuvieran enfadados por algo y eran graves como para infundir temor a cualquier hombre en sus cabales.
–¿Crees que estos cadáveres serán suficientes?– Le grito uno al otro.
–Creo que con sacrificar todo un pueblo sea suficiente para nuestro señor, pero yo volveré a comprobar que no haya nadie agonizando entre los escombros, no se porque diablos tenemos que hacer como si este maldito pueblo no hubiese existido nunca...
–Calla de una jodida vez y vayamos a la plaza estoy harto de oírte decir todos los días que no matas a la suficiente gente.
Ulrik reacciono cuando se alejaban aquellas dos alimañas, todos ellos estaban en la plaza de Puntaescarcha. Debía de ir allí y averiguar que estaba ocurriendo, después debería irse corriendo a alguna aldea cercana, con suerte estaría en ella dentro de 3 o 4 días si no se lo impedía el mal tiempo. Haciendo uso de sus habilidades de cazador, se deslizo entre las sombras sigilosamente, entre el fuego, la sangre y los escombros.
Llego a tiempo de ver como aquellos dos hombres depositaban los cadáveres en una gran pila de miembros amputados y personas mutiladas y desangradas. Debajo de todo ese montón de carne y huesos se encontrada la plaza de Puntaescarcha. Pero en aquel sitio no había ya ningún signo de vida, de compasión o de humanidad, solo un insoportable hedor y pánico fluía por el aire.
Ulrik contemplo como un hombre arrodillado vestido con una túnica negra, teñida con sangre no paraba de recitar una especie de cantares en una lengua desconocida para el. De repente alzo sus manos al suelo y mostró a los presentes dos trozos de hielo tan grandes como su mano, que comenzaron a brillar y teñirse de rojo y después los unió como si fueran una única pieza. Aquello no era normal, Ulrik había escuchado de pequeño historias sobre los Vantar, los últimos magos sobre Vizh. Se contaba que hace tiempo fueron personas normales, pero que sacrificaron parte de su alma para poder controlar la magia, se decia que eran poderosos y no tenían escrúpulos. Pero todo eso eran cuentos para asustar a los niños, leyendas antiguas sin sentido. Como que la montaña en la que habitaba estaba maldita y habitada por criaturas oscuras. Pero hoy no tenia mas remedio que temer, temer y correr, si quería seguir con vida.
El ser termino su ritual y se dirigió a los demás.
–Solo la sangre de los inocentes sera capaz de unir los trozos del cuerpo de Behemoth. Nosotros somos los encargados de juntar todos los trozos de su cuerpo, nosotros haremos de las ciudades de Vizh estanques de sangre y barreremos toda la vida que encontremos... – El Vantar cayo de repente y miro hacia donde se encontraba Ulrik –Que no acabe la fiesta, aun hay un humano con vida entre nosotros.
Toda la gente que se agolpaba alrededor del Vantar se giro mirando hacia su posición, la escena del ritual del Vantar le había aterrado tanto que no había sido capaz de darse cuenta de su presencia, eran unos 100 hombres, pero su fuerza equivalía a 100 ejércitos. Ulrik sabia que era tarde, sabia que era el fin y que todo estaba perdido. Pronto el barquero conduciría su alma hasta el infierno. Era demasiado tarde para luchar. Su cabeza rodaba por los suelos segundos mas tarde. Ningún alma se encontraba sobre Puntaescarcha, había dejado de existir...
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domingo, 6 de febrero de 2011
Domingos...
Conforme vamos haciéndonos mayores el tiempo se empeña en decirnos que se lleva todo lo que hemos querido.
Pero yo tengo un sombrero de paja colgado en una tele que siempre me recuerda que en los Domingos puedes encontrarte pequeñas cosas como cuando miras los bolsillos a las chaquetas viejas o cuando recuerdas en las resacas.
Pero los Domingos no dejan de ser Domingos y todo el mundo sabe que en esos días no merece a veces la pena ni levantarse, mas aun cuando sabes que tu equipo de fútbol perdió ayer o esta a horas de hacerlo.
Levantarse un Domingo creyendo que es un día grande es tentar a la suerte. A pesar de eso es algo que me supera, no creo que me mueva del sofá, mientras vea como la tele va cambiando de canales a cada cual mas estúpido y denigrante.
No un Domingo no pienso hacer nada decente, ni nada por lo que me recuerden. Solo voy a ver pasar el tiempo, mientras los demás me preguntan porque cojones no me saco el carnet. Tengo mil cosas que comprarme antes del carnet de conducir, me tendría que comprar una vida nueva en una ciudad distinta, una nueva vida de mierda, pero nueva al fin y al cabo.
Todo lo que quiero lo ha secuestrado el tiempo, así que me he puesto mi sombrero de paja y me he echado a la cama, al menos el sueño es la patria de cualquier desgraciado, al menos el me da lo que me quita el tiempo.
Pero yo tengo un sombrero de paja colgado en una tele que siempre me recuerda que en los Domingos puedes encontrarte pequeñas cosas como cuando miras los bolsillos a las chaquetas viejas o cuando recuerdas en las resacas.
Pero los Domingos no dejan de ser Domingos y todo el mundo sabe que en esos días no merece a veces la pena ni levantarse, mas aun cuando sabes que tu equipo de fútbol perdió ayer o esta a horas de hacerlo.
Levantarse un Domingo creyendo que es un día grande es tentar a la suerte. A pesar de eso es algo que me supera, no creo que me mueva del sofá, mientras vea como la tele va cambiando de canales a cada cual mas estúpido y denigrante.
No un Domingo no pienso hacer nada decente, ni nada por lo que me recuerden. Solo voy a ver pasar el tiempo, mientras los demás me preguntan porque cojones no me saco el carnet. Tengo mil cosas que comprarme antes del carnet de conducir, me tendría que comprar una vida nueva en una ciudad distinta, una nueva vida de mierda, pero nueva al fin y al cabo.
Todo lo que quiero lo ha secuestrado el tiempo, así que me he puesto mi sombrero de paja y me he echado a la cama, al menos el sueño es la patria de cualquier desgraciado, al menos el me da lo que me quita el tiempo.
jueves, 3 de febrero de 2011
La Saga Vizaldar Cooming Soon
Algo grande se aproxima a La Ciudad Huele a Kebab, La Saga Vizaldar, una serie de relatos (de momento 3) basados en el mundo de Vizaldar creado por la asociación cultural de su mismo nombre que organiza actividades relacionadas con el rol en vivo por Monzón y alrededores.
Pronto te podrás adentrar en un mundo fantástico en el que ha despertado una oscura amenaza y extrañas y oscuras fuerzas conspiran para hacerse con el poder, en un país inmerso en una guerra civil, unos cuantos hombres y mujeres deberán enarbolar sus armas en contra de un incierto destino.
Corrupción, sangre, guerra, honor, traición, intriga, lugares mas allá de la imaginación...
En el país de Viento Oculto ha acontecido una guerra civil iniciada por una secta de poderosos magos fanáticos de los pecados del hombre. El reino esta dividido y las escasas fuerzas del orden del país se encuentran desperdigadas por el mismo reaorganizandose para la reconquista.
Los elfos hartos ya del yugo de los terratenientes se rebelan ademas contra todos para recuperar sus tierras y sus derechos ayudados por un legendario héroe del pueblo oculto tras su fama.
Fuera del país fuerzas oscuras conspiran en las cortes extranjeras para que ningún país intervenga en el conflicto.
Los hombres serpiente han organizado su propia cruzada para controlar todo el continente.
Un Nigromante arrasa varias ciudades del Norte haciendo que los norteños emprendan su propia cruzada contra el país de Viento Oculto.
La Saga Vizaldar Comenzara este Viernes y finalizara este Domingo.
Sigue atento nuestras entradas y adentraté en el maravilloso mundo de Vizaldar.
Pronto te podrás adentrar en un mundo fantástico en el que ha despertado una oscura amenaza y extrañas y oscuras fuerzas conspiran para hacerse con el poder, en un país inmerso en una guerra civil, unos cuantos hombres y mujeres deberán enarbolar sus armas en contra de un incierto destino.
Corrupción, sangre, guerra, honor, traición, intriga, lugares mas allá de la imaginación...
En el país de Viento Oculto ha acontecido una guerra civil iniciada por una secta de poderosos magos fanáticos de los pecados del hombre. El reino esta dividido y las escasas fuerzas del orden del país se encuentran desperdigadas por el mismo reaorganizandose para la reconquista.
Los elfos hartos ya del yugo de los terratenientes se rebelan ademas contra todos para recuperar sus tierras y sus derechos ayudados por un legendario héroe del pueblo oculto tras su fama.
Fuera del país fuerzas oscuras conspiran en las cortes extranjeras para que ningún país intervenga en el conflicto.
Los hombres serpiente han organizado su propia cruzada para controlar todo el continente.
Un Nigromante arrasa varias ciudades del Norte haciendo que los norteños emprendan su propia cruzada contra el país de Viento Oculto.
La Saga Vizaldar Comenzara este Viernes y finalizara este Domingo.
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miércoles, 2 de febrero de 2011
Un poco mas de Machado
Dos poemas de Antonio Machado antes de Seguir con el Archivo. (Las Próximas entradas serán sobre Vizaldar)
III
La plaza y los naranjos encendidos
con sus frutas redondas y risueñas.
Tumulto de pequeños colegiales
que, al salir en desorden de la escuela,
llenan el aire de la plaza en sombra
con la algazara de sus voces nuevas.
¡Alegría infantil en los rincones
de las ciudades muertas!...
¡Y algo nuestro de ayer, que todavía
vemos vagar por estas calles viejas!
LXXVII
Es una tarde cenicienta y mustia,
destartalada, como el alma mía;
y es esta vieja angustia
que habita mi usual hipocondría.
La causa de esta angustia no consigo
ni vagamente comprender siquiera;
pero recuerdo y, recordando, digo:
-Sí, yo era niño, y tú, mi compañera.
*
Y no es verdad, dolor, yo te conozco,
tu eres la nostalgia de la vida buena
y soledad de corazón sombrío,
de barco sin naufragio y sin estrella.
Como perro olvidado que no tiene
huella ni olfato y yerra
por los caminos sin camino, como
el niño que en la noche de una fiesta
se pierde entre el gentío
y el aire polvoriento y las candelas
chispeantes, atónito y asombra
su corazón de música y de pena,
así voy yo, borracho melancólico
guitarrista lunático, poeta,
y pobre hombre en sueños,
siempre buscando a Dios entre la niebla.
III
La plaza y los naranjos encendidos
con sus frutas redondas y risueñas.
Tumulto de pequeños colegiales
que, al salir en desorden de la escuela,
llenan el aire de la plaza en sombra
con la algazara de sus voces nuevas.
¡Alegría infantil en los rincones
de las ciudades muertas!...
¡Y algo nuestro de ayer, que todavía
vemos vagar por estas calles viejas!
LXXVII
Es una tarde cenicienta y mustia,
destartalada, como el alma mía;
y es esta vieja angustia
que habita mi usual hipocondría.
La causa de esta angustia no consigo
ni vagamente comprender siquiera;
pero recuerdo y, recordando, digo:
-Sí, yo era niño, y tú, mi compañera.
*
Y no es verdad, dolor, yo te conozco,
tu eres la nostalgia de la vida buena
y soledad de corazón sombrío,
de barco sin naufragio y sin estrella.
Como perro olvidado que no tiene
huella ni olfato y yerra
por los caminos sin camino, como
el niño que en la noche de una fiesta
se pierde entre el gentío
y el aire polvoriento y las candelas
chispeantes, atónito y asombra
su corazón de música y de pena,
así voy yo, borracho melancólico
guitarrista lunático, poeta,
y pobre hombre en sueños,
siempre buscando a Dios entre la niebla.
martes, 1 de febrero de 2011
In Memoriam Antonio Machado
Lágrimas cubren la tumba perdida en un pueblo lejos de su patria. Lágrimas por uno de los mejores poetas que han existido. Un llanto triste para un poeta melancólico. Un poeta que consiguió elaborar con las mas tristes penas los mas hermosos versos.
Tu poeta que buscabas a Dios entre la niebla y hacías camino al andar, te vimos partir hacia la frontera para no volver. La guerra te arranco lo poco que te quedaba mas tu nunca te rendiste, luchaste hasta el ultimo segundo, hasta el ultimo aliento.
Llorar pues la muerte de una leyenda, un humilde poeta que hayo la gloria entre los versos. Llorar cualquiera que con lírica se expresa, pues el fue nuestro maestro.
Llorar en la tumba que queda muy lejos del limonero y muy lejos de los campos de aquella y lejana Castilla. Ya callo la tarde y el poeta sin equipaje partió hacia el atardecer. Nada llevaba salvo su sonrisa y un trozo de papel, atrás quedaba la guerra, el hambre, la muerte y el horror.Se marcho para no volver y como el dijo debemos le cuanto ha escrito.
Quien ha de escribir, sueña alcanzarte un día, pues todo el mundo sabe que cuando el poeta escribe con el alma el mundo para a escucharle. Entre tus versos melancólicos existe la mas bella poesía de uno de los genios que el mundo dio.
Va por ti Antonio.
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