Ningún obstáculo podía interponerse en su camino, había asesinado a mucha gente y seguiría haciéndolo, Vizh debía de caer en sus manos. Pero ahora mismo estaba luchando contra un simple trozo de papel.
El papel era una carta que había aparecido en los cadáveres de un par de soldados orcos que hacían guardia por los suburbios de Tasde, al parecer sufrieron una emboscada, fueron asesinados por la espalda y sus cabezas fueron mutiladas. La noticia fue silenciada junto a la existencia de la carta, pero sabia que se propagaban rumores sobre aquel hecho y se habían sucedido replicas por muchas partes de su geografía.
Una organización o mas bien una persona había reivindicado esos atentados. Saulo conocía a esa persona y de hecho había luchado a su lado en el comienzo de la guerra civil. Así que leyó otra vez las ultimas palabras de aquella nota imaginando que la voz de quien la había escrito resonaba en su cabeza:
" Y así fue como a nuestro pesar Viento Oculto dejo de ser libre. Los Dirastar nos traicionaron y los ciudadanos de este país siguieron siendo esclavos, pero de distinto dueño. Una vez de sus gobernantes y otra de sus pecados. Pero yo al igual que la libertad no moriré nunca. Juro que derrotare, porque como la libertad estoy en todas las partes y soy invencible.
Cara Rajada. "
…
A Marco Braco le costaba conciliar el sueño. Aunque estaba convencido de que últimamente su vida se asemejaba a una pesadilla. Había perdido todo, sus tierras, su familia, su país y su fuerza. Apenas le quedaba la suficiente fuerza para estar en pie comer y dormir. Tras las torturas en Puerta Umbría su cuerpo no era el mismo y su cojera había aumentado.
Aun así reunía fuerzas de flaqueza e intentaba con desesperación organizar la resistencia desde las montañas del sur. El país había caído pero ellos eran la esperanza. Eran pocos pero su sed de venganza era mayor. Tras la masacre del Festival de la Cosecha, Marco Braco fue rescatado por los supervivientes de la guardia de los Escudos Vigilantes y un grupo de civiles que huían despavoridos del lugar.
Habían pasado unos meses y habían conseguido realizar algunas escaramuzas a mercenarios o civiles convertidos a la secta de los Dirastar, habían conseguido reunir unas cuantas armas y unos cuantos víveres pero poca cosa mas... El suyo no era un ejercito, los Escudos Vigilantes antes temibles guardianes ahora eran un puñado de hombres acorralados y sin fe. Al menos todos los miembros de esta nueva guerrilla colaboraban, los civiles construyendo y manteniendo a los militares, los jóvenes instruyéndose para las batallas y los viejos adoctrinando a los militares...
Aun así no había manera de ganar una guerra con tan poca gente. Ellos sabían que estaban solos, no había mas resistencia que ellos mismos y los demás países hacían oídos sordos ha las llamadas de socorro por parte de algunos desesperados hombres que habían cruzado las fronteras, quien sabe si con éxito o no, a pedir auxilio al resto de naciones, tanto enemigas como amigas.
Y allí estaba Marco contemplando el amanecer desde aquellas montañas pensado que ya casi todo estaba perdido. Pero su cabeza se resignaba a rendirse, el había sido un gran aventurero en su época y conocía el miedo de cerca. Era peor morir huyendo que luchando y lo sabia muy bien.
Y en estos pensamientos se hallaba inmerso Marco cuando unos Escudos Vigilantes requirieron su presencia en una gruta que se encontraba en lo mas bajo de aquel complejo laberinto de cuevas esculpidas en la escarpada montaña.
Al parecer un elfo cobrizo había sido detenido cuando pretendía colarse en el campamento. No paraba de decir educadamente que deseaba ver a Marco Braco y que era de vital importancia.
…
Por fin tras la larga espera, Aindar Lainame había establecido contacto con la oculta resistencia Vintari liderada por Marco Braco. Intento infiltrarse en el campamento para evaluar la situación de la guerrilla antes de hablar con el propio Marco Braco pero había fallado y eso complicaría las cosas un pelin a la hora de poder hablar con el líder.
Aindar había viajado infiltrándose por las lineas enemigas desde el norte de Viento Oculto, cruzando todo el país para llevar un mensaje. Aindar era un orgulloso Heraldo de las tribus elficas y como elfo cobrizo sabia manejarse bien en la espesura de los bosques. El viaje había sido arduo pero por fin estaba aquí.
La primera vez que vio a Marco Braco se sintió profundamente decepcionado. UN hombre que cojeaba y que estaba vendado por casi todos los rincones del cuerpo salio a recibirle acompañado de un puñado de escoltas, presumiblemente miembros de los Escudos Vigilantes. La cara de aquel hombre estaba pálida y carecía de vida, sus ojos situados encima de unas preocupantes ojeras eran parte de una mirada perdida y cansada, en parte por el poco descanso.
Aindar sabia que debía de presentarse decidido y cortes como un honorable Heraldo Elfico.
– Mi nombre es Aindar Lainame, Hearldo de las tribus elficas de Viento oculto. He viajado a lo largo de todo el país en medio de batallas y peligros para poder presentar ante Marco Braco, líder de la resistencia un mensaje de parte de los Elfos Cobrizos. Y no me iré de aquí sin una respuesta clara por su parte. Si resulto herido o muerto, las tribus elficas se cernirán sobre mis asesinos.
– Hacia mucho que no tenia noticias de tu tribu señor Aindar, por lo menos desde que traicionaron al pueblo de Puerta Umbría y lo arrasaron. No queremos cuentas con los de tu raza tarde o temprano pagareis por lo que hicisteis a mi pueblo. – Contesto Marco Braco con una voz autoritaria.
– ¿Así es como pretendéis ganar una guerra Marco? ¿Desenterrando viejos odios en vez de firmando nuevas alianzas? ¿Crees que tu solo vencerás a todos esos corruptos Vantar? Si es así sueltame, yo partiré hacia mis tierras y tu y los tuyos seguiréis vuestro destino que es caer tarde o temprano ante el nuevo Imperio Dirastar. Los elfos tampoco perdonamos las ofensas, ni perdonamos cuando tendemos una mano y solo recibimos desprecio.
– Esta bien, esta bien. Guardias preparad una habitación para que el elfo y yo podamos hablar apaciblemente. Oiré tu mensaje, pero no seré indulgente. A mi raza también le queda, al menos aun, un poco de orgullo.
…
Los Heldanar habían organizado una invasión al país de Daifa con la intención de borrar aquella nación del mapa y hacer lo propio con Viento Oculto. Nadie en todo Aldar sabia las causas de aquella repentina furia Heldanar y en la corte, Lucio de la Torre, un noble de la corte realizo una campaña a favor de olvidar de momento el tema de los Heldanar y centrarse en otro mas preocupante y cercano, Los Dirastar.
A Catulo no le caía bien Lucio, el sabia que solo era un noble ambicioso, pero en ese asunto tenia razón. Y en Aldar se discutió largo rato sobre que hacer con esos dos asuntos, aunque se tenia una certeza. El mismo había pedido expresamente encargarse de la misión que fuese en tierras de Viento Oculto. El era un veterano y era conocido en Aldar por su disciplina. Así que el consejo no dudo en asignarle la futura misión a el y a su sección de las Lanzas Doradas de Aldar.
Finalmente a la capital llego una misiva de Fúlvio Druso Ninfure que describía la situación en el norte. No aportaba nada nuevo sobre la situación de los Heldanar, pero si lo hacia sobre Viento Oculto y su resistencia. Al parecer necesitaban ayuda desesperadamente, así que Aldar no se lo pensó dos veces en enviarle a el y a sus hombres a aquella misión de socorro. No podían temer nada de lo que les esperara en el Norte, ellos eran los mejores entre los mejores en Aldar.
Pero a lo que si temía Catulo es a lo que dejaba tras de si, un Aldar en disputa sobre los asuntos del Norte, donde Lucio de la Torre conspiraba e intrigaba a sus anchas. Donde el destino de no solo una nación estaba en juego en manos de unos nobles que perdían su tiempo en pensar y no en actuar.
Catulo intento volver a dormir, aun no sabia como demonios iba a encontrar a aquella gente, que andaba oculta por las montañas del sur de Viento Oculto, lejos de los ojos del enemigo.
Rió mientras cerraba los ojos, había salido de situaciones peores que esta...
…
– A... E... L.. V...O...-- Tartamudo Marco Braco.
– AELVO, Alianza Elfica Libre de Viento Oculto. Se que parece un nombre raro, pero creame es mejor que lo pronunciemos en la lengua común, en elfico es casi impronunciable para usted. Todas las tribus de Viento Oculto se han reunido en una alianza. Puedo ahorrarme el origen del asunto porque bien sabrá, que todo empezó en aquella masacre del Día de la Cosecha... Un joven elfo encontró por las tierras de Puerta Umbría una vieja reliquia, una tablilla de una tribu elfica perdida ya en el tiempo, los Kernos-eu. Los elfos ahora nos reunimos todos para unir fuerzas teniendo aquella vieja tribu como un símbolo. Conseguimos nuestras tierras en Puerta Umbría, tierras que fueron robadas por el ladrón de Blasco de Tena. Pero después llegaron esos asquerosos magos corruptos y arrasaron con todo, arruinando todo nuestro esfuerzo...
– Se que capturasteis a Blasco de Tena, espero por vuestro bien y el de nuestra futura negociación que no fuerais capaz de asesinar a un noble...
– Jajaja. Tranquilo General, cuando no nos sirvió de nada soltemos a aquel pobre diablo por el bosque. Quien sabe si sobrevivió o no, pero nosotros no le matemos. No somos tan crueles como usted piensa, luchamos por lo que es nuestro. Y ahora si me disculpa le tendré que comentar una cosa. Por el bien su país aunque para nosotros los elfos no exista, es mejor que olvide sus antiguos miedos y rencores y se una a nuestra causa. Quizás tenga que darnos algunas tierras, pero la paz prosperara y su país sera de nuevo libre al igual que nosotros. Nuestro acuerdo es beneficioso para las dos partes. No hace falta que le repita que no me iré de aquí sin una respuesta o de colaboración o de no colaboración con la Alianza.
– Es un asunto delicado y debo meditar sobre ello. Te entretendré por aquí unos días.
De pronto un guardia interrumpió la conversación y solicito hablar con Marco Braco.
– Mi General, hemos recibido noticias del país. Al parecer hay varias resistencias activas en el país de civiles exiliados por el nuevo régimen de los Dirastar. Pero entre todas ellas la mas activa es una liderada por un tal Cara Cortada, un delincuente que se ha ganado la simpatía del pueblo a fuerza de atentados y burlas hacia los Dirastar. Corren rumores de que el propio Saulo ha pedido su cabeza en bandeja de plata.
Con su permiso mi general creo que seria muy productivo si estableciéramos contacto con esa gente.
– No sera necesario. – Replico el elfo. – Cara Cortada forma parte de la Alianza y recibe todo nuestro apoyo.
– Así que sugieres elfo, que me alié con vosotros que arrasasteis en el Festival de la Cosecha y con la banda de ladrones que ayudo a aquellos Vantar corruptos a sembrar el caos, que me torturo y que fue una de las causas de la caída de Viento Oculto...
– General Marco Braco, he oído muchas cosas acerca de Cara Cortada y le conozco personalmente, el como nosotros lucha por lo que es justo y lucho en su tiempo. Las cosas salieron mal y fueron los Dirastar los que se beneficiaron de ello. Lo que debemos hacer ahora es reunir fuerzas y expulsar a esos intrusos de estas tierras. Le deberá sonar el refrán el enemigo de mi enemigo es mi amigo... Pues bien el enemigo de su enemigo esta delante suyo, puede elegir luchar a su lado o luchar solo. No tengo nada mas que decir. Esperare paciente su respuesta y me iré dentro de un día. Si no ha contestado entonces daré su respuesta como negativa. Que pase una buena noche.
Pero antes de que el elfo se retirara el mismo guardia de antes interrumpió la conversación ya acabada.
– Disculpen si interrumpo algo importante. Traigo buenas noticias y muy recientes.
– Descuida nuestra conversación ya acabo, ahora mismo el elfo se iba... Digame cuales son las buenas nuevas.
– Una de nuestras expediciones de rastreo por la frontera a encontrado a una sección de las Lanzas Doradas de Aldar dirigiéndose para aquí. Ellos no saben donde estamos ocultos y no hemos querido hablar con ellos hasta que lo supierais vos primeramente. ¿Que se debe hacer con el asunto?
– Encontradlos y giarlos hasta aquí. Me alegro de que Aldar venga en nuestra ayuda... Elfo, mi decisión ha de ser prorrogada un día mas, pero te prometo que tendrás tu respuesta antes de tu partida.
…
El bosque nos mira con mil ojos desde cada rincón, desde cada copa de cada árbol, desde cada rayo de luz que se cuela entre la vegetación e ilumina un poco este oscuro sendero. Viajamos desde hace semanas hacia Viento Oculto, lejos de nuestra helada patria y con la bendición de la Dama de la Escarcha.
Se que alrededor de Vizh son famosas las incursiones Heldanar. Que cuando una incursión de los nuestros parte de sus tierras deja un rastro de destrucción, fuego, sangre y caos. Y es cierto, pero esta vez no es asi. La humedad de los bosques de Daifa nos impide quemar cualquier cosa demasiado tiempo. La gente suele huir y es imposible volver a encontrarlos.
Pero nuestro objetivo no es Daifa, sino entrar por sorpresa desde Daifa a Viento Oculto. Tenemos la suerte de que las tribus salvajes de estas tierras están en guerra y se preocupan poco por nuestra presencia. Consienten nuestros ataques y huyen de nosotros sabiendo que tienen peores cosas por las que preocuparse.
Mi nombre es Cruak´n´chan O´Morrey y mi profesión es ser un Skald. Soy un poeta guerrero del norte. Mi oficio y mi beneficio es la batalla. En ella encuentro la inspiración y el sentido de mi vida. Después en paz medito y escribo si las musas de la batalla me han sido propicias. A nuestra expedición le espera en Viento Oculto la venganza y a mi en la vuelta a casa la Gloria. Porque una vez todo haya acabado habré terminado de escribir esta epopeya y seré famoso entre los famosos. Inmortal entre los inmortales echo de la misma gloria que propagara mi historia generación en generación.
Hace poco embosquemos un poblado Drenai, pero huyeron casi todos sus habitantes y dejaron tras de si una aburrida batalla. Los berserkesrs siguen peleándose contra enemigos imaginarios, que en realidad son arboles de esta espesa selva. Y así seguirán hasta que pase el efecto de sus drogas. Los guerreros dormitan y algunos registran las tiendas en las cuales no hay nada de valor excepto plantas y carnes que no sabemos si son comestibles.
Todo el mundo esta intranquilo, no sabemos si llegaremos a la frontera. El bosque nos vigila y nuestros enemigos son fantasmas que se pierden a nuestra vista. Nadie sabe si volverán o dejaran pasar nuestra furia. Sea como sea lo arrasaremos todo y la Dama de la Escarcha nos concederá la venganza.
…
Saulo se retorcía nuevamente en el trono maquinando nuevos y retorcidos planes. Últimamente las cosas se estaban torciendo demasiado y ya era hora de que actuara pronto.
A los pies del trono cinco Nazaris esperaban sus ordenes. Se mostraban ante el gran líder en su forma original como signo de respeto y sumisión ante su nuevo señor. Todos ellos vestían la misma túnica negra con capucha y todas ellas estaban igual de gastadas y raídas. Todo el mundo en esa sala esperaba con impaciencia las palabras de Saulo.
– Bienvenidos a Tasde. Os he mandado llamar para encomendaros una delicada misión. Una misión tan importante que solo podría recabar en vuestras manos. Cada uno de vosotros partirá en solitario hacia las fronteras del país. Vuestra misión es averiguar el paradero de todas y cada una de las resistencias que se diseminan por esas fronteras. Quiero que os infiltréis en ellas y corropais a sus lideres, quiero que traigáis aquí toda la información que podáis.
Si lo lográis seréis recompensados con abundancia y riquezas hasta que vuestra codicia se calme.
Habéis sido entrenados por mis mejores hombres y espero de vosotros grandes cosas.
Se que no tenéis costumbre de hablar así que simplemente acompañadme hacia el balcón. La muchedumbre me espera y esta armando demasiado jaleo.
Saulo salio hacia el balcón del palacio de Tasde escoltado por los cinco nazairs que ya habían camuflado sus rostros. A los pies del balcón se encontraba un ejercito inmenso formado por gente de multitud de razas y lugares. Tantos como la codicia podría haber comprado.
Habían entre las filas del ejercito poderosos Vantar corruptos de la secta de los Dirastar, veteranos mercenarios orcos y sus compañías, veteranos también de Lancare con ansias de riqueza y sangre, civiles conversos al nuevo régimen, militares de la zona también conversos y por ultimo los devotos, un grupo de fanáticos recién convertidos a la causa que darían su vida por ella.
Todo estaba dispuesto, la resistencia seria borrada de la faz de Vizh de un solo y poderoso golpe.
El ejercito aclamaba y Saulo empezó a hablarles.
– LA ERA DEL PECADO HA LLEGADO, JUNTOS DOMINAREMOS TODOS LOS RINCONES DE ESTE PAIS Y NOS ESTENDEREMOS POR VIZH COMO UNA PLAGA. ELLOS SON DEBILES Y NOSOTROS FIRMES Y CAERAN.
Tras sus palabras, el moralizado ejercito aclamaba a Saulo, todo el mundo tenia ganas de abandonar Tasde y empezar la ultima batalla de esta inacabable guerra. La resistencia tenia los días contados.
…
En el sur de Viento Oculto el ambiente era radicalmente distinto. Todo el ejercito estaba también reunido ante su general, pero no delante de un palacio, sino alrededor de unas tablas instaladas en medio del bosque. Era la forma que tenia la resistencia de recibir a sus nuevos invitados. Todos reían y cantaban e intentaban olvidar que dentro de unos meses su situación seria radicalmente distinta.
Incluso los inflexibles soldados de las Lanzas Doradas de Aldar se habían relajado en aquel ambiente.
De repente Marco Braco se levanto con esfuerzo del asiento y alzo su copa con la mano pidiendo la palabra. Todo el mundo cayo para oír al General que nuevamente había recuperado la forma y el color de antes de la masacre.
– Quiero dar primeramente la bienvenida a los valerosos soldados de Aldar que han venido en nuestra ayuda y en la de todo el país de Viento Oculto. Quiero que sepáis que Viento Oculto siempre estará en deuda con las Lanzas Doradas.
Y además de todo eso quiero contaros una vieja historia. Una historia que oí hace muchos años en palabras de un viejo chamán Drendari en mi juventud, cuando mi cuerpo estaba completamente sano y yo era un joven tarambana sediento de aventuras. – Dijo con nostalgia mirándose la pierna– Esta historia habla de las cosas que ahora mas que nunca necesita nuestra Resistencia.
La historia dice así:
“ Una vez en las selvas de Daifa había un bravo guerrero que perseguía una inmensa araña gigante que atemorizaba desde su hondonada a un asentamiento Drendari.
Tras días de búsqueda dio con ella y lucho.
Pero la araña era mas fuerte y se divertía acorralándole e hiriéndole una y otra vez.
A lo que el guerrero siempre respondía con aplomo.
– Monstruosa araña por mucho que me hieras vas a caer derrotada aun poseo mi valor, mi fe y mi esperanza.
Al caer la tarde la araña cansada ya de aquel inútil juego decidió rematar a su presa que no hacia mas que repetir aquella sarta de palabras para ella sin sentido.
Y por ultima vez el guerrero dijo : Aun poseo mi valor, mi fe y mi esperanza. Su agijon fue a clavarse en el pecho de aquel indefenso guerrero.
Pero fue entonces cuando una lluvia de flechas salieron disparadas de un lugar del bosque he hirieron al animal que huyo malherido hasta su guarida, donde se dedico prácticamente a esperar la muerte.
Hasta allí llego el guerrero a punto de rematar a aquel monstruo que le miraba con tristes ojos.
Y por ultima vez el guerrero dijo:
– Araña de verdad estabas perdida antes de que yo llegase, por que a diferencia de mi tu careces de valor, de fe y de esperanza. Pero preocupate porque morirás sin haber conocido su significado. Y dicho esto remato a aquel monstruo.”
Tras los aplausos de todos los comensales Marco Braco hizo una solemne pausa en su discurso cargado de fuerza y calor reconfortante para sus hombres. Y cuando el largo aplauso ceso, el General siguió con su discurso.
– Nosotros al igual que el soldado estábamos perdidos ante nuestro enemigo, pero a diferencia de el tenemos valor, fe y esperanza. Tres cosas que hace unos días creía perdidas pero ahora tras los últimos acontecimientos las siento correr en mi sangre.
Así que prometo guiaros hace una victoria segura ante aquellos que cegados por el pecado perdieron su alma. Nosotros seremos mas fueres y nuestros golpes harán mas daño.
Juntos liberaremos Viento Oculto y haremos sentirse orgullosos a nuestros hijos y a los hijos de sus hijos y al resto de las generaciones venideras.
Tras esto otra vez los comensales estallaron en vítores y aplausos, estaban contemplando un discurso histórico digno de como paso a la historia el Incansable General Marco Braco. Pero Braco no había dicho todo lo que tenia que decir.
– Y por ultimo antes de que todos continuemos este alegre festín me gustaría anunciaros que el Heraldo Elfico ha abandonado el campamento esta mañana. Se que todos estáis pendientes de mi decisión así que os la comunicare de inmediato...
Al oír estas ultimas palabras la multitud vitoreo y aplaudió por ultima vez antes de empezar a comer.
…
Y así entre los vítores de La Resistencia al General Marco Braco y el aclamamiento del ejercito de Saulo al propio Saulo, aquí concluye este ultimo capitulo de lo que aconteció en la antigua guerra de Viento Oculto, justo antes de que la sangre fuera derramada...
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