Hemos estado bastante tiempo fuera de esto. Demasiado tiempo condenados a obligaciones que nos han impuesto. Demasiado tiempo, tanto que incluso nos hemos olvidado de nuestros propios sueños.
Bob Marley esta llorando en algún lugar de esos tejados, viendo como vuelan los pájaros. El solo ve en nosotros a unos pequeños chicos con demasiado miedo al futuro. Bob nos observa como eramos antes, por eso nos da vergüenza mirarle a los ojos.
A pesar de haber olvidado sus canciones, sabemos que entre ellas están nuestros viejos sueños, esperando, como perros abandonados en una perrera.
Si yo cantase, metería en mis canciones aquellos niños con aquellos sueños. Las canciones puedes repetirlas mil veces. Puedes estar mil veces colgando de la misma sensación, de la misma idea. Y la conoces tan bien que te anticipas a ella, conoces el presente, el pasado y el futuro de cada letra y allí es imposible no tener miedo ni duda, es como estar definitivamente en casa siendo el amo del mundo.
Pero yo no canto y los niños eso lo saben. También deje de hacer demasiadas cosas y de luchar por muchas cosas. Ahora Bob esta llorando sobre el tejado y nuestros sueños son como las palomas surcando un cielo que no vamos a volver a ver, mientras los niños de Bob no vuelven.
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